Javier Galiana: "Encontrarle vínculos con lo latino resultó muy natural"

Tumbando a Monk presenta este viernes en El Albéitar una propuesta basada en la fusión de la obra de Thelonious Monk, músico fundamental en la historia del jazz, y el universo latino

Emilio L. Castellanos
02/12/2016
 Actualizado a 16/09/2019
El grupo gaditano Tumbando a Monk acude este viernes al Teatro El Albéitar con una propuesta basada en la fusión de estilos musicales.
El grupo gaditano Tumbando a Monk acude este viernes al Teatro El Albéitar con una propuesta basada en la fusión de estilos musicales.
Tumbando a Monk. El nombre ya da alguna pista sobre lo que  va a encontrar el oyente: tumbando, de tumbadora (o conga), ese instrumento de percusión icónico en el universo latino; Monk, de Thelonious Monk, uno de los músicos fundamentales de la historia universal del jazz. Tumbando a Monk, sexteto de raíz gaditana que este viernes actúa en El Albéitar (21:00 horas, entrada gratuita con invitación), ha establecido un maridaje íntimo entre los numerosos paisajes sonoros que confieren carácter, contenido y entidad al latin-jazz y la música de Thelonious y así lo ha venido poniendo de manifiesto desde que sus seis componentes, de lo mejorcito de que dispone actualmente el jazz nacional, decidieran dar impulso a un proyecto así. El grupo improvisó su nacimiento y ahora mismo, ya consolidado y lejos ya sus primeros vaivenes, saborea un repertorio que alterna versiones de algunos clásicos del genial músico norteamericano con composiciones propias, disfruta de un disco, ‘Subiendo el Thelonious’, y pronto brindará uno nuevo al mercado, ‘Nadie conoce este misterio’, del que en León hará un avance.

"La música de Monk es muy sugerente para todo. No tiene límites", comenta el pianista del grupo, el gaditano Javier Galiana, poseedor de una biografía musical copiosa en referencias y entregada a toda clase de empresas creativas basadas en la fusión. Precisamente, el encuentro entre Thelonious y el aroma latino (también en algún momento el flamenco), seña de identidad exclusiva de Tumbando a Monk gracias a la cual estilos tan variados como el mozambique, el merengue, el guagancó, el songo, el cha-cha-cha, bolero, el danzón, la bomba, el bembé, el abacuá, el afro, el reggae o los tangos  se citan en su propuesta, se ha vivido desde el propio grupo con franqueza y espontaneidad. "Hay un punto en la música de Monk que resulta muy irónica, que tiene mucha guasa. En ese sentido, ha sido bastante sencillo, bastante natural, encontrarle el vínculo con la música latina".

Confiesa Galiana que el grupo ha ido experimentado, a medida que le ha echado horas de escenario, una destacada evolución y su madurez actual le permite disfrutar de un estilo contundente y enérgico que se manifiesta principalmente en las actuaciones en vivo, sin duda alguna su principal activo y fuente de su especial capacidad para la improvisación. "Hemos encontrado vías en las que nos sentimos muy cómodos. Sabemos hacia donde queremos ir y el camino lo toma cada uno por su cuenta, creando así una cosa muy bonita y muy divertida". Los conciertos del grupo gaditano observan sin pudor su condición festiva, buscando la complicidad del público y reivindicando  su necesidad de diversión permanente. "Lo del ritmo latino hace a la propuesta más lisonjera para los oídos sin renunciar a la complejidad que pueda tener. Sobre esa idea se construyen capas de sonido que la vuelven más interesante. No falta nunca la mirada a la ironía, a la guasa, por supuesto. Pero todos nos tiramos a la piscina, tomándonos la improvisación como algo muy serio. Realmente nos lo pasamos muy bien sobre el escenario y eso acaba transmitiéndose a la gente". El público resulta fundamental para Tumbando a Monk y su participación suma nuevos alicientes a sus conciertos. "Queremos que la escucha del concierto, por parte del público, sea activa. Como nosotros nos estamos sorprendiendo constantemente, también buscamos que el público se deje sorprender".

Monk es un compositor realmente fascinante. Su sentido rítmico y sus armonizaciones lo hacen exclusivo. Tumbando a Monk le rinde tributo y le guarda fidelidad absoluta aunque el envoltorio sea inusual. Al músico norteamericano le reverencian los componentes del combo andaluz. Son numerosos los criterios, algunos inexplicables, que han seguido para hacer la selección de los temas de Monk que guían su repertorio. Desde luego, no hace falta ser conocedor de la obra ‘monkiana’ para disfrutar de la música de Tumbando a Monk. "De hecho, puede ser una manera para entrar en su universo".

Cádiz y Andalucía se convierten en los principales vínculos entre los componentes de Tumbando a Monk. El saxofonista y flautista Pedro Cortejosa, el pianista Javier Galiana, el percusionista Malick Mbengue y el baterista Juan Sainz son gaditanos. El bajista Javier Bermúdez, aunque nacido en Madrid, y el trompetista Julián Sánchez, granadino, llevan ya un tiempo afincados en ‘la Tacita’.  Aun así, "nunca hemos concebido el grupo con intención gaditana", asegura Galiana, quien, como todos los demás, ha saboreado su profesión de músico en diferentes partes del mundo. "Somos músicos muy inquietos". Cada uno de ellos, apelando a su propio bagaje y a su mucha experiencia, resulta decisivo en su contribución a la propuesta de Monk ("desarreglamos los arreglos"). "Es importante que la cosa nos siga sorprendiendo. Todos tenemos muchas ganas de tocar. No estamos anquilosados. Monk es nuestro gran referente pero el grupo ofrece mucho más en base a nuestra propia experiencia".
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