Otra alternativa de escenario, ya en la provincia, sería el nuevo Auditorio de la Fundación Cerezales Antonino y Cinia en Cerezales del Condado y cuya inauguración está prevista en abril. "Es un lugar impresionante, aunque no sé cómo puede llegar a sonar", reconoce Baíllo, que también miraría con buenos ojos la antigua estación de Renfe en León. "Aquí tienes que contar con que haga buen tiempo y solicitar una serie de permisos, un seguro, es una cuestión algo más complicada", asegura el músico leonés, para quien el nuevo disco, del que ya hay compuestos ocho temas, seguirá la línea que le gusta, como es la música afroamericana, la fusión con el jazz, el funky, aunque precisa que "será más comercial o al menos está pensado más para el público de lo que lo estaba ‘#Wondering’, que era un disco más tranquilo, más de escuchar que de bailar", sostiene Javier Baíllo, que en esta primera fase de producción tiene como gran aliado a Pepe López, un gran batería y productor leonés que tiempo atrás colaboró con Pájaro Sunrise y que también se hizo cargo de la producción del disco en solitario de Raúl Quijano.
La idea inicial de Javier Baíllo es publicar un disco con una decena de temas propios y buscar nuevas fórmulas de financiación. "Al contrario que en ‘#Wondering’, esta vez no tengo ninguna prisa. Tal vez por ser el primero y por llevarlo a cabo a través de una campaña de ‘crowdfunding’ hubo cierta urgencia en materializarlo. La idea ahora es utilizar la plataforma de ‘crowdfunding’ más para vender el disco que para producirlo", asegura el músico leonés, que sí tiene claro que va a contar con los mismos músicos que hicieron posible el anterior álbum. "‘#Wondering’ era un proyecto muy personalista, pero sí que es verdad que la aportación de los músicos fue capital. Quiero volver a contar con Jorge Majo a la guitarra, Pepe López en la batería y producción, Lugotti y Rubén Morán a los metales o con Juan Galiardo, que me parece capital en lo que se refiere a la interpretación de la armonía que yo compongo. Además, estoy abierto a cualquier tipo de colaboración artística porque quiero que este disco trascienda el ámbito musical. Me apetece experimentar un poco, que sea más colorista y se salga de lo establecido, de la imagen de un grupo de músicos tocando". Desde el punto de vista musical, Baíllo reivindica una vuelta al funky de los ochenta, como acaba de hacer Bruno Mars con enorme éxito. "La experiencia de ‘#Wondering’ fue una locura, pero me divertí mucho haciendo este disco y sobre todo resultó muy satisfactorio ver a todo ese elenco de músicos tocar tus arreglos. Y qué decir de la colaboración de Antonio Serrano, al que considero el mejor armonicista del mundo", concluye.