Ixión

Miguel Soto se adentra en el cuadro de Ribera

Miguel Soto
25/07/2019
 Actualizado a 11/09/2019
Detalle de 'Ixión', óleo sobre lienzo fechado en 1632 por el pintor José de Ribera.
Detalle de 'Ixión', óleo sobre lienzo fechado en 1632 por el pintor José de Ribera.
Esto parece una maña de lucha leonesa, una tranca o gocha, deshaciéndose. Pero es una furia, un castigo que sufre el gigante a manos no de una mujer, como correspondería según la mitología, sino del bicho ese de las orejas de asno que aparece abajo.

Ixión ha sido condenado a dar vueltas hasta la eternidad por haberse hecho pasar por Júpiter en un vis a vis con Juno. Muy de los tiempos violentos esto de advertir al personal contra lo que no que no debe atreverse (equipararse a dioses o reyes) mediante la ilustración del correctivo previsto.

Si hay alguien que encarne la tradición pictórica española por lo que al rasgo de la negrura del fondo se refiere, ese es José de Ribera. Aquí, en lo que pudiera ser una caldera u horno, especulo, solo quedan iluminadas las transiciones musculares de lo que no es pero parece un gancho o croché al aire de Ixión, la cadena en su pierna, las arrugas de los rostros y el vello facial.

Igual que el ‘Marte’ de Velázquez, y las más obvias ‘Baño pompeyano’ de Manuel Ramírez Ibáñez o ‘La Odalisca’ de César Álvarez Dumont, podría interpretarse como de alto voltaje erótico. Depende de los ojos del que mire. Si lo quieren ver, se encuentra monumentalmente expuesto, como otros Riberas, en la rotonda, ese espacio circular pleno de columnas al que da acceso la escalinata de la puerta de Goya. Al salir darán con él. No se asusten.
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