Esta misma semana que finaliza fue noticia la Empresa Fernández, instalada en la memoria colectiva de la provincia por sus famosos autobuses, las balas de plata. Muchas veces no es sencillo hacerse un hueco en los recuerdos con un apellido tan común —Fernández— y tal vez por ello se hablaba tanto de Martiniano, su creador. Pues otro apellido igual de común, Álvarez, además con un nombre también muy habitual, Antonio, permanece fresco como pocos en los recuerdos de miles y miles de leoneses de aquellas escuelas rurales de hasta bien avanzado el pasado siglo en las que «el libro» de texto era ‘La enciclopedia’; más concretamente ‘La enciclopedia de Álvarez’. Que también era el padre de otros libros imprescindibles, como El Parvulito, para las etapas anteriores.
No es pues leonés Álvarez, pero sí está muy presente en la memoria de los leoneses, que alguna vez han dicho aquello de «era muy completa; allí venía todo: matemáticas, lengua, geografía, religión, por supuesto... y urbanidad», de la que muchos hablan recordando esos detalles de «levantarse en el autobús cuando sube una persona mayor, ceder la acera». Y política. Reconocía Álvarez que no estaba de acuerdo con la dictadura... pero te imponían lo que imperaba.
No era leonés en el sentido provincial, sí del Viejo Reino, pues era zamorano de Ceadea, el pequeño pueblo donde le han hecho un museo con su nombre, La Casa del Maestro, que convoca un concurso de relatos sobre Memoria Escolar Rural, que este año ha premiado a un leonés.
En este museo se recuerda que Antonio Álvarez nació en 1921, que con 19 años acabó Magisterio y estuvo destinado en Asturias, para regresar a Zamora. Entre 1952 y al menos hasta 1967, se estudiaron en buena parte de España sus famosas enciclopedias, de las que se editaron unos 22 millones de ejemplares, y sumando los libros auxiliares, libros de ejercicios, libros para el profesor y otros, llegarían a los 34 millones de ejemplares editados, lo que le convierte en uno de los mayores best-sellers de la historia. Buena prueba de la ‘nostalgia’ que despierta es que una reciente reedición facsímil también fue uno de los grandes éxitos de ventas.