Helena de Llanos: "Recuerdo mucho lo lúdico en torno a ellos y a esa casa"

La nieta del autor de ‘El viaje a ninguna parte’ acude este miércoles a la Sala Río Selmo de Ponferrada para presentar su carta de amor a la pareja formada por Emma Cohen y Fernando Fernán Gómez, un film que propone un imaginativo ‘diálogo’ entre el pasado y el presente

Joaquín Revuelta
15/02/2022
 Actualizado a 15/02/2022
Helena de Llanos, nieta de Fernán Gómez, es la guionista, directora e intérprete de ‘Viaje a alguna parte’.
Helena de Llanos, nieta de Fernán Gómez, es la guionista, directora e intérprete de ‘Viaje a alguna parte’.
"Viaje a alguna parte’ es el relato de una búsqueda y de un encuentro. En esa búsqueda la película invita al espectador a conocer a Fernando Fernán Gómez y Emma Cohen desde el punto de vista de su nieta y realizadora del film, y a acompañar su aventura al interior de un sorprendente universo creativo". Helena de Llanos, la artífice de este verdadero experimento cinematográfico, acudirá este miércoles al estreno del documental a las 20:00 horas con entrada libre en la Sala Río Selmo de Ponferrada, donde tras la proyección mantendrá un coloquio con el público asistente. La película también llega a los cines Van Gogh de la capital con dos pases, hoy martes a las cinco y media y el jueves a las ocho de la tarde.

– La visión del trailer de ‘Viaje a alguna parte’ indica que no se trata de un documental biográfico al uso sino que hay en él mucho de experimentación, donde incluso se permite entablar un ‘diálogo’ con sus seres queridos ausentes, personas que están muy presentes en su memoria personal y también en la memoria colectiva. ¿Cómo surgió esta línea narrativa ciertamente novedosa?
– La verdad es que todo surge de la sensación muy palpable de estar en esa casa y sentir que ellos siguen ahí. Eso es como el disparador de este dispositivo. Yo empecé cuando Emma todavía estaba viva y entonces la primera sensación fue solo respecto a Fernando de es que vive aquí, está aquí, está en los objetos, está por todos los rincones de la casa. Como dices, no es un documental al uso donde doy informaciones de tipo expositivo sino que vamos a recrear situaciones. Todo surge de ahí, y como hay tanto material, generó tanto audiovisual, pues era posible hacerlo de ese modo.  

 – El título del documental hace referencia a una de las películas más emblemáticas de Fernando Fernán Gómez, como es ‘El viaje a ninguna parte’, cuya adaptación escénica se estrena esta semana tanto en León como en Ponferrada. ¿Es esta película una de sus preferidas dentro de la  extensa filmografía de su abuelo o la alusión a ese título le permitía explicar mejor lo que deseaba contar? – Respecto al título tiene mucho más que ver con lo último que has dicho, en el sentido de que me permitía hacer ese juego, ese guiño, pero es que la película es un viaje al interior de esa casa; es decir, al interior del universo creativo, personal y sentimental de Fernando y Emma. Por eso lo de jugar con ese título. ‘El viaje a ninguna parte’ por supuesto que es una referencia para mí. En cuanto a lo que cuenta la película tiene que ver también con el pasado. ‘El viaje a ninguna parte’ habla del pasado, habla de la necesidad de recordar y de la memoria, y mi película también tiene mucho que ver con el pasado. Pero en cuanto a las películas de Fernando que para mí son más referencia, yo te diría que ‘El mundo sigue’, ‘El extraño viaje’ y ‘¡Bruja, más que bruja!’, sus películas formalmente más raras, menos convencionales, más perturbadoras. Esas son las que a mí más me han marcado de su filmografía.   – ¿Cómo recuerda la convivencia entre dos personalidades artísticas tan marcadas como las de Fernando Fernán Gómez y Emma Cohen, era natural o subordinada la una a la otra? – Yo lo que recuerdo es que era de igual a igual. Eran dos personas que vivían en régimen de igualdad, en régimen de amor libre, como buenos libertarios que eran lo llevaban hacia la vida. Entonces tu veías dos personas poderosísimas, divertidísimas. Yo recuerdo mucho lo lúdico en torno a ellos y en torno a esa casa, que siempre jugaban a interpretar, jugaban a que se inventaban cosas y las escenificaban delante de ti. La verdad es que eran muy generosos y muy divertidos. Eso es lo que más recuerdo de ellos.– Me imagino que en ‘Viaje a alguna parte’ ha sido muy laborioso el trabajo de edición y sobre todo lo referente a la selección del material que necesitaba para establecer ese ‘diálogo’ entre el pasado y el presente.  
– Sí que fue complicado, pero sobre todo fue muy laborioso. Lo que ha requerido es mucho tiempo. Yo realicé primero una investigación muy exhaustiva y profunda, donde me vi todas las películas e iba minutando las partes que me podían interesar. Escribí un guión que tenía mucho de ficcional, en el que reflejaba ya cómo quería que fueran esas conversaciones, y entonces iba a buscarlo. Pero en esa propia búsqueda encontraba otras cosas que me daban nuevas ideas. Entonces ha sido un recorrido de ida y vuelta. Y luego en el montaje en realidad se ha vuelto a escribir la película. Ya verás como la estructura es muy fragmentaria, porque yo lo que quería también era evocar cómo funciona la memoria. La película no es para nada lineal, una cosa se sucede a otra sin causa efecto. Entonces en el montaje hubo que volver a buscar más fragmentos, a unirlos, a tejer entre cosas y cosas. Y esa labor fue muy importante. De hecho fuimos tres personas los que montamos la película.

– ¿Cómo ha sido la colaboración de personalidades del cine, algunas de ellas muy allegadas a Fernando y a Emma, como es el caso de José Sacristán o de Juan Diego, y en menor medida de Óscar Ladoire o de Tina Sáinz, entre otras muchas?
– Todos han sido muy generosos y todos me dijeron que estaban dispuestos a embarcarse en esta aventura. Como no es un documental al uso yo no quería que se sentaran en una silla a recordar cómo era Fernando, sino que les propuse participar de la magia, que participaran de esta imaginación que he construido, en cuanto lo que hacen de alguna manera es traer al presente palabras de Fernando. Todos ellos lo que hacen es interpretar palabras de Fernando y para el equipo de la película fue un lujo poder contar con estas personas. Imagínate a Juan Diego interpretando, a José Sacristán, a Óscar Ladoire. Fue una maravilla y disfrutamos todos muchísimo y además de aportar magia me acompañaron en este viaje.  

– Se conmemora el centenario del nacimiento de Fernando Fernán Gómez y de Luis García Berlanga, dos de los más grandes referentes culturales de este país. ¿Cree que las instituciones y la sociedad en general han sabido reconocer su gran aportación al mundo de la cultura? – Yo creo que la sociedad sin duda y las instituciones las hay que sí y las hay que menos. Yo me quedo con las que sí. Entonces sí que se han estado haciendo cosas. Yo destacaría por encima de todas el ciclo que ha hecho la Filmoteca Española, que ha programado cien películas de Fernando a lo largo del año pasado, incluyendo todos sus títulos como director. Y eso ha sido magnífico porque mucha gente ha podido acercarse a su filmografía. Y luego ha habido muchas iniciativas particulares por parte de editoriales, que han recuperado mucho trabajo de Fernando. Se han creado volúmenes nuevos con inéditos que yo me he ido encontrando en la casa. Eso es básicamente lo que ha habido y a mí me parece que está muy bien. Luego, claro, hay quien se ha esforzado más y quien se ha esforzado menos, pero es que como Fernando siempre fue bastante inasumible pues habrá quien le parezca que hay que recordarle y habrá quien no. Como siempre sucede con estas cosas.  – ¿Cuál cree que ha sido la principal aportación de Fernando Fernán Gómez que puede servir de ejemplo para las generaciones siguientes?– Pues fíjate, a mí me parece que lo más recuperable no es ya su obra, que por supuesto, tanto como escritor como director, como actor, pero sobre todo su forma de estar en la vida. Yo creo que eso es lo que tenemos que recuperar. Esta forma de ser fiel a si mismo. Una forma de humildad desde una enorme inteligencia. El gusto por la conversación. Y cómo mirar siempre la realidad intentando verle todas sus facetas. No era un hombre ni reduccionista, ni generalizador. Él miraba la realidad desprejuiciadamente. Entonces era muy capaz de ver sus múltiples formas. Y creo que eso nos hace falta en un periodo donde parece que todo es blanco o negro y sobre eso pienso que sí que podríamos seguir su ejemplo. – En una entrevista usted ha asegurado que tras ese genio que a veces afloraba, en realidad se ocultaba la personalidad de un gran tímido.
– Totalmente. Yo creo que lo era. Y de hecho lo que pasaba es que luego actuando se quitaba esa timidez, se volvía un ser impúdico y hacía lo que hacía, de tan bueno que era. Pero en el fondo era una persona muy tímida y yo creo que eso contribuyó al personaje que decidió construirse de cara a la galería. Porque también es una protección. Si te ven como a un cascarrabias o como que tienes mal humor, te van a respetar, te van a dejar tu parcelita de intimidad. Yo creo que también él lo construyó para eso.  

– Se nos está yendo toda una generación de intelectuales y de artistas que no creo que puedan llegar a ser reemplazables en el corto plazo. Al menos yo tengo muchas dudas al respecto.
– Yo me sumo también a tus dudas y lamento que esto sea así. Ojalá fuera más optimista respecto a esto. Por eso creo que está bien recordar y tratar de oponer resistencia a este neoliberalismo voraz que quiere borrar la memoria y que todos nos acordemos de diez minutos, recordando y viendo qué nos aportaron, pues considero que puede aportar mucho a nuestro presente. Acordarnos de cómo se comportaba esa gente.  
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