Su relación con la poesía se remonta a sus tiempos de estudiante en Astorga en un colegio de religiosos, cuando cayó en sus manos un librito de la colección Aguilar que contenía la obra poética de Antonio Machado, un libro que por cierto estaba lleno de tachones y de hojas arrancada como resultado de la censura que los religiosos practicaban en aquellos años. Eso no desanimó a Julio Molero, al contrario alimentó aún más su curiosidad por un género y un autor que retomaría poco después con el romance de ‘La tierra de Alvargonzález’. Pero no es Machado sino Cervantes el autor que le ha inspirado la publicación en verso de ‘El ilustre hidalgo Don Quijote de la Mancha en tercetillos’, un libro en dos tomos que hoy presenta en la sala Región del Instituto Leonés de Cultura y que es el resultado de tres años de intenso trabajo.
Un libro que tiene su génesis en los actos que el I.E.S. Ramiro II de La Robla realizó en 2005 para conmemorar el cuarto centenario de la publicación de la primera parte de ‘El Quijote’ y a los que el entonces profesor de Lengua aportó casi medio centenar de folios relatando en verso el capítulo que Cervantes dedica a la historia del Cautivo, una elección que al autor de Altobar de la Encomienda le pareció lógica y acertada por tener su origen en las tierras de León. Aquella experiencia le llevó a plantearse la escritura en tercetillos de las dos partes del Quijote, una labor ardua que puso a prueba su tenacidad, pues, como señala Molero Pisabarro, "me pasaba horas y horas después de comer componiendo versos octosílabos y tercetillos, algunos encadenados, otros no, por la imposibilidad de enlazar casi sesenta mil versos", reconoce el autor.
Julio Molero no se considera un experto en la obra cervantina, pero sí es de los pocos que se ha leído varias veces ‘El Quijote’, algo que no han hecho la mayoría de españoles, aunque sí conozcan de oídas o de lecturas fragmentadas las aventuras del ingenioso hidalgo. "El Quijote es muy difícil de leer, sobre todo para chavales de 12 a 14 años, y me propuse entonces hacer una transcripción literal en verso de la obra de Cervantes con el objetivo de que su lectura resultara más amena", señala el autor, para quien escribir el verso no suponía una dificultad mayor pero sí encadenarlos como es preceptivo en los tercetillos. Al final no lo logró en su totalidad, pero el resultado es una obra singular que ha cumplido la finalidad de acercar una obra como ‘El Quijote’ a todo tipo de públicos. "Prueba de ello es que a mi mujer le ha encantado su lectura", asevera el poeta y escritor leonés, que como es habitual en estos tiempos de zozobra editorial ha tenido que costearse él mismo la edición de estos dos volúmenes de 516 y 458 páginas cada uno y una tirada de cien ejemplares que todavía no han llegado a las librerías, pero que este miércoles se presentan en la sede del ILC, mientras el autor ya ultima un nuevo libro de poesía, tras la publicación este mismo año de ‘Sueños rotos’, que lleva por título ‘En torno a mí’, y otro libro, esta vez en prosa, que lleva escribiendo desde hace algún tiempo y del que asegura tiene que realizar algunas modificaciones "porque quiero que salga bien, un libro que se llama ‘El camino’ y que aborda una temática localista sobre mi pueblo, Altobar de la Encomienda, y su contorno", concluye.
"He querido hacer la lectura del Quijote un poco más asequible"
El autor leonés Julio Molero Pisabarro ha llevado al lenguaje poético la obra magna de Cervantes
17/06/2015
Actualizado a
16/09/2019

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