Una de esas cosas fue, en 2018, la celebración de la I Romería de los Pájaros, que no era un canto ecologista —quizás también— sino el recuerdo que en esa costumbre popular de que los habitantes de los pueblos tengan un apodo, y el de los habitantes de Paradilla es... pájaros; un nombre que el pedáneo local, José Manuel González, cree que tiene su origen en el hecho constatable de «ser el pueblo más aislado y elevado de la comarca de Gordón; tal vez sólo propicio para pájaros, que vuelan, y los pájaros humanos que por estos riscos aguantamos y disfrutamos, todo hay que decirlo. Aunque ellos también se dicen República Independiente de Paradilla, y no les debe de faltar razón.
Es su romería, que se celebrará este año los días 21 y 22 de este mes de septiembre, en la que no faltará el cordero a la estaca, pero habrá que ganarse el privilegio de degustar este manjar haciendo el ascenso como mandan los cánones más antiguos, en madreñas, como subió El Cainejo al Urriello.
Estos actos centrales y hacer la ruta citada, la del Celorio —con novedades este año—estarán arropados por los pendones leoneses luciendo el cortejo y todo tipo de actividades: la inauguración del trasgu de Amancio González; la presentación del disco ‘Triotango’, de Ildefonso Rodríguez y el vecino de Paradilla Juan Carlos Pajares, al que también dicen el pájaro, ¿cómo si no?; la subida en madreñas; la plantá de pendones; las canciones de hilar con Rodrigo y Fran, allá a las dos de la tarde del domingo y... ya sí, la hora de comer el cordero a la estaca, pulpo a feira y helados artesanos de Coladilla, por el módico precio total de 10 euros.
Y para cerrar la romería, allá a las cinco de la tarde, después de la siesta, una xuntanza d’alcurdionistas.
¡Ménudos pájaros que son los de Paradilla cuando se ponen a ello!
Y un trasgu vigilando
Un ser mitológico, «travieso y muy difícil de ver», es lo que dicen los estudiosos de estos asuntos para definir al trasgu, uno de esos duendes que circulan por la tradición oral y popular de las tierras de la montaña leonesa y también la asturiana.Pues ese ser travieso y juguetón es el que eligió el escultor leonés Amancio González para la segunda obra suya, en los montes de Paradilla, con los pájaros, en la misma ruta donde colocó la primerea: La Ruta del Celorio.

Explica Amancio González que esas leyendas que se cuentan del trasgu, al que se le echa la culpa de hechos sin explicación, «como se cortara la leche sin motivo aparente o que los niños de la casa comenzaran a llorar como si algo hubiera ocurrido» fueron los que le llevaron a pensar en su figura para que vigilara desde su escondite en el monte a los caminantes, «ya que realmente les hace trastadas sin peligro, no es un ser nocivo ni maligno y su recuerdo despierta realmente sonrisas».
Así realizó una gran figura de mármol, de 200 kilos de peso y alrededor de un metro de altura, que fue necesario subir con una grúa hasta el lugar que ahora la acoge, donde será inaugurada el próximo día 21.
En definitiva, un nuevo elemento en esta ruta con el que Amancio González quiere aportar lo que más identifica sus obras: «Emociones».