La Guardia Civil celebra este domingo a su patrona, la Virgen del Pilar, León. Y hay familias que, si pudieran estar todos juntos, tendrían una gran fiesta familiar.
Una de ellas sería, sin duda, la familia Madera, con cuatro generaciones de guardias civiles en su seno, un siglo de servicio al llamado Benemérito Cuerpo desde que el patriarca llegara a tierras leonesas para pasar por varios cuarteles y asentarse en Cármenes, donde acabó siendo más vecino que guardia y donde sigue viviendo buena parte de sus descendientes y regresando otros muchos en verano y vacaciones.
Feliciano Madera, y su mujer Catalina, tuvieron 3 hijos, dos varones que fueron... guardias civiles: Justo y Francisco. El primero, que estuvo en el País Vasco en los llamados ‘años del plomo’, se retiró en Benavente de capitán y fue concejal en la villa zamorana. Los dos tuvieron hijos en la guardia civil.
Y la tercera de los hermanos, Marcela, que en su tiempo no podría ingresar en el cuerpo pues aún no había mujeres en el mismo, es la que ha permitido llegar a la cuarta generación de guardias civiles pues su hija Ana Belén —por cierto, casada con un guardia civil— es la madre de Rodrigo, el chaval que cierra, de momento, la tradición al haber ingresado recientemente en el Colegio de Guardia Jóvenes Duque de Ahumada, de Valdemoro, momento del que orgulloso ha enviado fotos a su grupo de amigos en tierras leonesas:«Siempre fue una opción prioritaria para mí».
No se le puede negar al chaval que es fiel a la tradición familiar.