"Gracias a las ovejas hay lobos, gracias a los lobos hay mastines y gracias a los pastores existen todos ellos"

El concurso de mastines de Camposagrado abre esta mañana (a las once) una nueva edición de estas citas que a lo largo del verano se celebran en diversos pueblos de la provincia;buen momento para recordar a aquellos que mantuvieron esta singular raza

09/06/2024
 Actualizado a 09/06/2024
Beatriz Aguado Jolis, de una de las familias más ‘mastineras’ en su finca leonesa con el mastín campeón General del Pinotar (1970). | ARCHIVO FÉLIX GARCÍA
Beatriz Aguado Jolis, de una de las familias más ‘mastineras’ en su finca leonesa con el mastín campeón General del Pinotar (1970). | ARCHIVO FÉLIX GARCÍA

"Cada vez que se celebra un concurso de mastines yo tengo la sensación de que, más allá de la competición, lo que estamos es haciendo un homenaje, un acto de reconocimiento a todos aquellos pastores y criadores que mantuvieron la raza en tiempos difíciles». Quien tiene esta visión de los concursos de mastines es Félix García, secretario de la Sociedad Canina Leonesa, uno de los impulsores de los concursos tal y como se celebran en la actualidad, experto de referencia en temas caninos y coleccionista de todo, allí donde aparece un perro a Félix le interesa.  

Y hoy es una fecha especial en su calendario pues la romería de Camposagrado acoge el primero de los concursos de este año, a partir de las 11 de la mañana. «Como en lucha leonesa, la primera cita del circuito de concursos es Camposagrado, con una diferencia, nosotros no hemos suspendido nunca el concurso. Alguna vez hemos tenido que hacer la inscripción y esas cosas en una furgoneta, pero en cuanto aparece un claro en el cielo... al concurso. Y van 31 años», señala, pues sabe que el corro de lucha muchas veces no ha corrido la misma suerte e, incluso, este año vive pendiente del cielo a ver si no lo impide.

Arranca un circuito de concursos que, después de Camposagrado, irá a Prioro (aún sin confirmar), Fresno del Camino, San Emiliano, Barrios de Luna  (la fiesta del pastor), León (con exposición), Villablino y Mansilla, que siempre es el último antes de la entrega de premios, que se hace en diciembre en la Diputación y que el año pasado tuvo como campeones a ejemplares de Generoso Rodríguez, El Fleta, y de José Bango, hijo de otro histórico, Quico Bango. Este año tienen otra noticia feliz, se incorpora a los patrocinios Dingonatura, muy implicado en este mundo del pastoreo, pues también participa en la iniciativa de La Cueta para niños que han superado un cáncer.

- Hablabas de mantener la raza en tiempos difíciles.

- Claro, los grandes perros estaban en manos de la mesta y al irse la mesta al carajo hay que valorar cómo el tema de los perros se conserva en León porque sigue habiendo lobos y  trashumantes.

- Luego el lobo...

- Al margen de polémicas, en las que se debería escuchar a pastores y expertos, yo manejo un silogismo que lo explica todo: Gracias a las ovejas hay lobos; gracias a los lobos hay mastines; gracias a los pastores existen todos los demás. Hay que buscar la fórmula de convivencia de todos.

Decía Félix García que cada concurso es una especie de homenaje a pastores, ganaderos y criadores, los mantenedores de la raza ¿Te atreves con ellos, a recordarlos?

Y entre su memoria, recortes de prensa, papeles sueltos y amigos, García se atreve con «los principales mastineros, alguno de nos quedara olvidado pero creo que nos perdonarán pues se sentirán representados en los que sí están».
E inicia su viaje hasta aquellos trashumantes anteriores a los años 60, los herederos del legado de la mesta. «No podemos pasar por alto a los Hidalgo, de Sena de Luna; a El Conde de la Oliva, que es el predecesor de la familia Granda, que estuvieron subiendo ‘hasta ayer’ desde Extremadura a los puertos de Babia con la curiosidad, en lo referente a los perros, que  el nombre de Oliveros,  asignado a los mastines, se ha mantenido durante décadas». Y remata el recuerdo con nombres que dicen mucho en el mundo de la ganadería de ovino, el pastoreo... «Los Sagüera que, claro, eran de Sagüera de Luna; Manuel Martínez, de la comarca de Arbas; Manuel Tascón, el famoso Trota de Viadangos, una verdadera leyenda; otro de la Tercia, Ezequiel, creador de lo que hoy es un imperio de restaurantes en Villamanín y León; los Bango, de Luna; José Luis y Agustín Suárez; Manolo y Benjamín, los Melgarejo u otro de la Tercia, Herminio Tascón... en esta comarca siempre se mimó a los perros».

En la siguiente generación, la de los sesenta, ya aparecen los primeros criadores que no son a la vez pastores, aunque sigue habiendo muchos pastores que son los mantenedores de la esencia del mastín... y el carea. Y en su buceo a los papeles no puede faltar Amadeo Alejandre, fallecido en 2.019 con 85 años. «Representa muy bien esa transición a los criadores pues Amadeo tuvo el más singular rebaño: compró y mantuvo rebaño para sus perros en el puerto de Las Verdes, en Torre de Babia, con Paulino como mayoral. Y con él debe estar su mujer, Beatriz Aguado-Jolís, de la finca el Pinotar, en León».

Y un caso curioso y significativo a su vez es el del madrileño Luis Esquiró, de quien García destaca que «era un habitual ya a principios de los años sesenta en majadas y puertos leoneses y en las dehesas extremeñas. Fue el gran conocedor de los últimos trashumantes y sobre todo de sus perros. No es leonés pero su importancia es fundamental en desarrollo de la raza hasta el punto de que en los setenta alquiló una casa en los Barrios de Luna con intención de mantener ahí su vida y sus perros en verano. Todo un personaje que está considerado como el mayor coleccionista de ‘papel vinculado a este mundillo: Carteles de cine, etiquetas, cómics, etc».

Y ya entramos en la última etapa de los mantenedores de una raza en León, nombres más cercanos y conocidos pero igual de importantes para que el mastín siga por los montes...

«Hay gentes de todo tipo; así  Emilio Álvarez, de Aralla de Luna, no solo mantuvo la llama a través de sus hijas sino que la multiplicó con su enlace con la familia Morán ‘Los Cantares’, de los Barrios de Luna, donde se conserva su estirpe mastinera; un pastor/pastor como Paulino García, el manco,  seguramente el más respetado de los pastores y ganaderos, se dice de él que ‘nunca tuvo mastín ni carea de más ni de menos, y siempre buenos, es un ejemplo a seguir como lo es otro pastor muy respetado, Eloy Presa; y uno que sin ser ganadero sabía dónde estaban los mejores mastines: Perfecto Álvarez».

Pero la gran eclosión de los criadores la sitúa Félix García a partir de los años 80, y buena prueba de ello es la gran cantidad de nombres que aporta, y algunos más que faltan: «Empezamos con dos ganaderos de La Vega de Robledo, Agustín Fernández y Cándido Rodríguez; un ganadero pero también criador en Fresno del Camino fue Valentín Martínez; un icono de criadores en la montaña oriental es José Luis Córdoba, el de La mezquita de Córdoba en Puente Almuhey; y hay otro mesonero criador, en Valdelafuente, Zacarías Prieto».

Pero para hablar de profesiones inesperadas en criadores y para que de todo haya en la viña del mastín recuerda Félix al cura de Gordoncillo, José Luis Moncada, todo un personaje. «Fue un criador muy importante hasta hace relativamente poco. También criador de ovejas (pionero en  gestionar las primeras importaciones semen de ovino de Israel;  crió también cerdos y terminó por criar múltiples y variadas razas de perros». 

Hubo criadores que supieron ir buscando los mejores ejemplares y lograron éxitos, como Luis Fernández Rabanal y su espectacular Tigre, campeón de España en Valencia en los 90. «A partir de ejemplares procedentes de Amadeo Alejandre, Emilio Álvarez y otros ganaderos alcanzó gran ejemplar, Tigre».

Si hay un ejemplo de quien supo ir recogiendo la herencia de la tradición mastinera es el de Mario Alonso, que desde que era un niño conoció a los perros en su familia y «y mantiene el testigo, pasión, memoria, conocimiento y buen hacer que le convierten en heredero de todos los que nos preceden».

Cierra Félix García el repaso con unos pocos nombres y una frase, consciente de que se le quedará alguno fuera: «Isidro García comenzó criando otras razas y fue durante décadas uno de los más habituales en los concursos y exposiciones caninas con sus mastines; Domitilo Fernández, es hoy un ganadero importante alejado de los concursos morfológicos pero continua teniendo buenos perros; Enrique Fernández, criador desde principios de los 80; Genuario y Arsenio ‘Pechos’, ganaderos de ley y pasión, Honorio, que se fue de la ribera del Bernesga a atender la ley y el orden a Asturias pero nunca se olvido de los mastines que conoció en su tierra, y Mario, el asturiano que vino a León a estudiar Veterinaria y por aquí se quedó atendiendo vacas y mastines; los Barriada, que continúan a través de Pedro en Villargusán... y otros muchos que ahora no recuerdo y en mayor o menor medida han aportado conocimientos y genética al asunto».

A todos ellos, a los que están y a los olvidados, le deben mucho, prácticamente todo, los mastines y criadores que esta mañana se van a dar cita en la romería de Camposagrado. 

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