Genarín 'revive' en Izagre

Un mural de Moñi y Lolo en el tele club reúne al ilustre borrachín con un templario y un gobernador del Perú en una escena tradicional

D.L.M.
31/10/2021
 Actualizado a 31/10/2021
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Genarín revive —no en carne y hueso, sino enpiedra y acrílico— en Izagre, el pueblo en que nació su leyenda. Allí fue abandonado siendo un recién nacido el 19 de septiembre de 1861, como demostraron los investigadores Julián Robles, Javier Fernández-Llamazares y Javier Benéitez, en un estudio plasmado en el libro ‘De Genaro Blanco a Bendito Canalla’ (Eolas Ediciones).

Los artífices del milagro de este renacimiento son los muralistas Moñi y Lolo, con el patrocinio del Instituto Leonés de Cultura (ILC) de la Diputación de León. Una de las paredes del patio del tele club —como no podía ser de otra manera— ha sido el lugar escogido para plasmar una escena de seis metros de largo por unos dos y medio de alto, en la que el célebre pellejero está muy bien acompañado por otros ilustres paisanos, aunque el que se encuentra a su izquierda sea un anónimo caballero templario. Las fuentes atestiguan que la zona fue un territorio con presencia de esta orden, que tantas leyendas ha suscitado, como ha corroborado el catedrático de Historia de América de la Universidad de León (ULE), Jesús Paniagua Pérez, natural de Izagre. Por sus indicaciones aparece un letrero con el antiquísimo nombre del pueblo Izraq, topónimo datado en el 1044, hace prácticamente un milenio. Casi cinco siglos después nació en Izagre Cristóbal Vaca de Castro, gobernador interino del Perú en el Siglo XVI y que ya contaba con un placa en la Casa Consistorial.

El mural también recrea el icónico depósito de agua en elevación, hito del último del pueblo de la provincia antes de cruzar a Valladolid. En él se puede leer ‘viraches’, apodo popular para los habitantes de Izagre. El alcalde, Enrique Santervás, explica que no se sabe de dónde viene, ni el significado exacto que tiene, y señala los apelativos de ‘cabijeros’ para los de Albires o ‘pegos’ para los de Valdemorilla. Una palomar típico y un girasol de estas llanuras completan la composición de un pueblo con mucha Historia.
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