Cuando las fotografías pierden el referente real del que nacieron comienzan a tener otra vida. La referencia es el origen de la misma Fotografía, cuyo fin primordial ha sido duplicar lo visible, lo que los griegos llamaron mímesis; pero cuando el duplicado sobrevive al original la imagen queda en un limbo, son las fotografías puras.
Esto se puede producir por el olvido o la desaparición de la realidad fotografiada, por ejemplo, el retrato de un familiar antepasado que ya nadie reconoce. También, puede ocurrir que las fotografías sean engendradas con la voluntad específica de carecer de referente, lo cual produce una aparición enteramente nueva, por ejemplo, algo abstracto; sin embargo, como la Fotografía es fundamentalmente realista, lo que se crea son realidades inexistentes que se sustentan en arquetipos.
Las imágenes, que se pueden ver en la exposición ‘Ciertos deslumbramientos’ de José Ramón Vega hasta el cuatro de mayo en el Museo de León, acompañadas por textos del escritor Tomás Sánchez Santiago, pertenecen a esta categoría. Fotografías que se desprenden de su referente para acercarse al arquetipo, instantáneas que no documentan, que no detienen el instante como casi todas, sino que pretenden que el tiempo se condense en ellas, que se haga sólido hasta saturar la visión. Si tuviéramos que apuntar alguna ascendencia para este tipo de imágenes sería la pictórica, en la que lo artístico desea ser más real que lo real y perdurar.
Si la estampa fotográfica común presenta el instante congelado y su función más extendida ha sido la de fijar lo vivido reviviéndolo al contemplarla, las fotografías puras, en cambio, están suspendidas entre la creación y lo simbólico. Parar el tiempo no es lo mismo que condensarlo, espesarlo, llenar lo que se ve de tiempo. ‘El beso’ de Doisneau, por ejemplo, captura el instante efímero de una pareja de enamorados pasando frente a un café de París y colapsa el relato, el antes y el después desaparecen en una novela parada que no arranca jamás.
Los bodegones, las habitaciones en ruinas, los lugares desolados que el visitante contempla en esta exposición no son objetos o sitios verdaderos retratados sino composiciones evocadoras construidas con restos de la realidad para presentar, a través de ellos, otra cosa: el tiempo, que es el gran protagonista y el tema de las fotografías puras.
Las fotografías puras
Bruno Marcos escribe sobre la exposición 'Ciertos deslumbramientos' de José Ramón Vega que estará hasta el 4 de mayo en el Museo de León
21/04/2025
Actualizado a
21/04/2025

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