La fotógrafa leonesa Belén Sánchez Campos es esta semana doble protagonista por incluir su nombre en el palmarés del IX Certamen de Artes Visuales Camarote Madrid, cuya entrega de premios ha tenido lugar este viernes en el establecimiento hostelero de la calle Cervantes y en la que la artista ha sido acreedora del Premio de Adquisición de Espacio_ E que supone la compra por un importe de 2000 euros por parte del galerista Pablo Martínez de su obra ‘La ciudad sumergida’, una fotografía digital sobre chapa de aluminio. Pero, además, Sánchez Campos inaugura este sábado a las 20:00 horas en el espacio Factor de San Feliz de Torío la exposición ‘Lenguajes intercambiables’, sobre la que el también fotógrafo Amando Casado ha escrito: «En las imágenes de Belén confluyen una serie de circunstancias muy particulares que determinan una manera de ver el mundo y de fotografiarlo. Bebe de variadas fuentes: la pintura, la infancia, lo cotidiano, el pensamiento... todo ello configura una exquisita forma de abordar escenas sin un aparente interés. La suya es una mirada íntima, un tanto tímida, se aproxima a las diversas escenas guiada por una causa emocional y sensible, sus temas son muy cercanos, incluso rutinarios. Lo cotidiano del día a día forma parte de sus tomas habituales, en ellas aparecen gentes corrientes en lugares comunes como personas con sus perros, paseantes... Es una visión del mundo con un sesgo introspectivo, que conforma una especie de álbum personal, reflejo de sus experiencias vitales.

Desde el punto de vista formal podemos apreciar unas fotografías que evidencian un gusto por la precisión geométrica, utilizada para simplificar las composiciones y dar intensidad expresiva a las imágenes. Puede verse también una fuerza gestual en los personajes, perfectamente modulada para acentuar sutilmente las sensaciones que la autora percibe y que quiere transmitir. En cuanto al uso del color se aprecia claramente su experiencia pictórica que se traduce, en sus imágenes, de forma precisa y delicada, sin estridencias, generando a veces un ambiente un tanto naíf. Fusiona colores y gestos potenciando con ello atmósferas y sensaciones de las experiencias vividas, aglutinadas de manera particular en la belleza de sus fotos.
‘Mi mayor deseo es poder algún día fotografiar el pensamiento’. Este deseo de Belén es como una declaración de principios que lleva implícito el viaje interior que sin duda le hará volar hacia campos de luces y colores inexplorados».