
A través de los testimonios de una serie de personajes relacionados directa o indirectamente con la protagonista «se invita al espectador a viajar por los recuerdos más ásperos y vulnerables de los personajes, que no son más que las crudas consecuencias de cualquier dictadura», según se explica en el díptico de presentación de la obra que hoy se escenifica en León.
El propio Fermín Cabal apunta en las notas del programa de la representación que «los testimonios elegidos para la obra son muy variados, son voces anónimas, elegidas entre las miles de personas que han acudido a la red para desahogar su dolor, o dejar testimonio, y entre esas voces anónimas me he basado en parte en una muchacha, Colorina. La historia que aquí se cuenta no es exactamente la suya, pero he tomado su nombre. La muchacha desapareció en los primeros meses de la dictadura y su cuerpo no ha sido aún encontrado. Yo supongo que sus restos se habrán fundido con los de otras personas en alguna fosa común y que no se extrañará, si puede escucharme, de que también su memoria se vea ahora confundida con las de otras víctimas en la fosa común de la literatura».