Érase una vez unos dedos pegajosos...

Los Rolling Stones reeditan el próximo lunes su álbum ‘Sticky Fingers’, cuya portada original fue prohibida en España en 1971

David Acosta
22/05/2015
 Actualizado a 18/09/2019
A la izquierda portada original de ‘Sticky Fingers’ y a la derecha carátula publicada en España.
A la izquierda portada original de ‘Sticky Fingers’ y a la derecha carátula publicada en España.
Como dice Richards, "no puedes tomarte un disco como otras personas se toman La Biblia. Es sólo un puto disco, tío". Vale, Keith, no seré yo quien te lleve la contraria, pero ‘Sticky Fingers’ (1971) no es un álbum cualquiera. Sus canciones son historia viva del rock n’ roll, versos sagrados (y satánicos, claro) que merecen ser venerados por los siglos de los siglos, amén.

Estos ‘Dedos Pegajosos’ marcaron un antes y un después en la carrera de los Stones. Al fallecido Brian Jones le sustituyó el talentoso guitarrista Mick Taylor, a lo que hay que añadir que el LP fue editado a través del propio sello de la banda británica, hartos Mick Jagger y Keith Richards de que Decca les sisara dinero y derechos. Así, con nuevo y más agresivo sonido (fundamental la producción de Jimmy Miller) y con la euforia de una libertad recién estrenada, los Rolling trajeron al mundo un sensacional trabajo de ‘Flores muertas’, ‘Caballos salvajes’, ‘Azúcar morena’, una ‘Puta’ y su ‘Hermana morfina’. Puro vicio, muchacho.

Andy Warhol se encargó de diseñar la portada original, censurada en España por "obscena y ofensiva" Para completar la fiesta, otro artista adicto a las bajas pasiones  puso su granito de arena al asunto. Hablamos de Andy Warhol, rey del pop art e ideólogo de la famosa portada de ‘Sticky Fingers’. Sí, ese ‘paquete’ bien apretado por unos vaqueros tan ceñidos que prácticamente hacían innecesaria la imaginación para visualizar lo que había debajo. Por cierto, diga lo que diga la leyenda, la cintura de la foto no es la de Mick Jagger, el cual, recordamos, es de tamaño viril modesto, o al menos eso asegura el indiscreto Keith Richards en sus memorias. Bueno, que me voy por las ramas. El caso es que la de ‘Sticky Fingers’ es una carátula con mucha historia, que no en vano fue prohibida en nuestra querida España, todavía en aquella época bajo el yugo de la dictadura franquista.

Mutilación mejor que sexo


Conocida es la aversión que los censores tenían por la carnalidad, sobre todo si la misma no estaba dentro de "un orden". La portada del LP no pasó el corte por ser considerada obscena e incitadora (esto lo añade un servidor) a bajar cremalleras de entrepierna. Desde la administración franquista se dijo literalmente que la carátula era "ofensiva para la Iglesia Católica de España". Lo curioso del asunto es que la imagen con la que se comercializó el álbum en nuestro país recogía tres dedos mutilados metidos en una lata de melaza (señores censores, que lo de ‘dedos pegajosos’ no iba por ahí…). Conclusión: los encargados de preservar la moralidad patria prefirieron una portada de miembros cercenados antes que otra de miembro viril embutido en tela tejana. Lo de siempre. Mejor cortar que follar. Así funcionaba la retorcida mente de los guardianes de la pureza.

El listado de canciones del disco también sufrió el tijeretazo. El tema ‘Sister Morphine’ se eliminó de la ecuación para ser sustituido por ‘Let It Rock’, lo cual terminó por convertir a los vinilos españoles de ‘Sticky Fingers’ en auténticas joyas de coleccionista (por las que hoy en día se siguen pagando dinerales). La portada alternativa corrió a cargo del artista inglés John Pasche, el mismo que diseñó el celebérrimo logo de boca y lengua stonianas, símbolo que, por cierto, la banda también estrenó con este disco.

¿Por qué os cuento todo esto? Sencillo. El próximo lunes 25 de mayo, recién celebradas las dichosas elecciones municipales y autonómicas, los Stones van a volver a colocar en el mercado su ‘Sticky Fingers’. Una reedición muy especial y con guiño ibérico. La renovada versión del álbum  incluirá, por ejemplo, una versión de ‘Brown Sugar’ con Eric Clapton a la guitarra, grabaciones de estudio hasta ahora inéditas de ‘Bitch’, ‘Can’t You Hear Me Knocking’ y ‘Dead Flowers’, así como un CD extra con un concierto de la banda en el Roundhouse el mismo año de la publicación del LP, esto es, 1971. Los más puristas (y aquí viene la aportación española a la cuestión) podrán adquirir el álbum en forma de doble vinilo, con la portada original por un lado y la que se publicó en nuestro país por otro. Un tesoro.  

La gira que siguió a aquel disco fue tan excesiva como sus canciones. El escritor Truman Capote se atrevió a acompañar a sus Satánicas Majestades durante algunos conciertos de 1972. El desmadre en hoteles y aviones era de tal calibre que Capote no dudó en asegurar que los Stones se extinguirían en un plazo máximo de tres años. Obviamente, se equivocó. Pegajoso pacto con el diablo.
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