Emociones conjugadas en estrofas y fotografías

La fotógrafa Divina Quinina y la poetisa Beatriz García presentan su primera obra conjunta, ‘Instantes’, este miércoles en la Sala Región del Instituto Leonés de Cultura

07/11/2023
 Actualizado a 07/11/2023
La poetisa Beatriz García y la fotógrafa Divina Quinina suman un nuevo título a la colección de poesía de Eolas con su obra conjunta, ‘Instantes’. | MAURICIO PEÑA
La poetisa Beatriz García y la fotógrafa Divina Quinina suman un nuevo título a la colección de poesía de Eolas con su obra conjunta, ‘Instantes’. | MAURICIO PEÑA

Tenían las imágenes. Sólo faltaban las palabras a modo de guinda del pastel poético que ha ido tomando forma de libro bajo un previo cocinado en las contraportadas de verano de La Nueva Crónica.

Cuando la palabra ‘poesía’ asomó entre los pensamientos de la fotógrafa Divina Quinina, la imagen de Beatriz García se hizo hueco en su mente como si fuera una de sus capturas. «No me gusta explicar exactamente las fotos, ni veo que haya una historia detrás de cada una», cuenta Quinina: «Se me vino a la cabeza Beatriz y contacté con ella para ver si le apetecía escribir sobre lo que le sugiriera cada imagen». Y así fue como fotógrafa y poetisa encontraron el caldo de cultivo para ‘Instantes’, publicado por Eolas Ediciones en una de sus colecciones de poesía.

Su prólogo, a cargo del también poeta Víctor M. Díez, es buena carta de presentación; no sólo de las breves poesías que esconden las páginas de la obra, también de la amistad entre sus autoras. Ambas se conocieron en los Laboratorios Poéticos organizados por Díez, fraguando desde el principio una relación estrecha que ahora aúna poesía e imagen en el seno de la publicación. Poesías de García e imágenes de Quinina que este miércoles a las 20:00 tienen su puesta de largo en la Sala Región del Instituto Leonés de Cultura, donde estarán acompañadas del responsable de Eolas, Héctor Escobar

Estos ‘Instantes’ de Quinina y García se forman con fotografías que evocan a la poetisa secuencias de ‘Los puentes de Madison’ y melodías de ‘Desayuno con diamantes’. También, «el estado de ánimo» de cada semana, pues fue en los lunes de la época estival de 2021 que este periódico recogió los comienzos de la publicación en su última página. «El estar bajo tiempo fue muy estimulante y divertido; casi sin pensar y siempre buscando la perfección», recuerda la fotógrafa, que tampoco identifica un denominador común en las imágenes escogidas: «Igual que hay un paisaje, puede haber un retrato; no hay un hilo conductor, era más que nada lo que cada foto le dijera a Beatriz, lo que sintiera ella». 

«Algunas fotos me llevaban a la melancolía, otras fotos me llevaban a la soledad, otras a la ternura», explica García. A sus palabras, la fotógrafa no tarda en añadir que lo que conduce a este libro no son sus imágenes, sino «los sentimientos que les aporta Bea». A su modo de ver, «cada foto en sí puede ser neutra y a cada persona le puede reflejar una cosa, un sentimiento, un recuerdo», así que «lo bonito fue ver qué surgía de Bea». Con la fortuna, además, de la visión compartida por sendas artistas en el trasfondo emocional de los blancos y negros de Quinina. «Ha habido mucha complicidad, mucha sintonía y empatía», reconoce García.

Creadoras como son de distintas expresiones de esas que «llenan el alma», la una -la poetisa- más reservada y la otra -la fotógrafa- de tono vestido del sonido del entusiasmo; si algo tienen en común es la admiración mutua que demuestran con las palabras que se dedican. La mirada recurrente al espacio que ocupa la acompañante las delata de igual manera. Y todo en ellas denota una emoción desmesurada; como las emociones que describe García y las que retrata Quinina en unas páginas a caballo entre la fotografía y la poesía

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‘Resilencia’ es una de las imágenes incluidas en el poemario ‘Instantes’ publicado por Eolas Ediciones. | DIVINA QUININA

«Las dos son un arte y una creación; la fotografía no deja de ser poesía», opina la poeta de su conjugación. «La imagen y la palabra siempre se dan más fuerza la una a la otra: la imagen te muestra cierta realidad y, luego, el texto es lo que acompaña y da peso» responde su compañera. En ocasiones, limitando la elección la una de la otra o la otra de la una, ofreciendo una perspectiva externa de un trabajo tan personal, haciendo mención de «sinergias» y de «apoyos» y hablando de unos ‘Instantes’ que se hacen libro como alumbrado por el vientre de las dos. «Yo creo que un libro no se acaba nunca, tienes que darlo por terminado», comenta García, chivando su hambre poética de perfección. 

Y de esta forma, con envíos de imágenes y respuestas en forma de estrofas, se erige la publicación. «Yo nunca había trabajado con nadie así y la verdad es que ha sido muy gratificante», confiesa la poetisa: «Es algo muy personal -tanto la poesía como la fotografía- y esto ha sido un intercambio que nos ha gustado mucho». Once fueron los intercambios que vieron la luz entre las páginas de este medio; treinta imágenes y veinticinco composiciones poéticas las que completan ‘Instantes’. «Ojo por ojo, palabra por palabra. Lo vuestro es un laberinto en una caracola. Una música que vibra en los tendales, una chispa a punto de nacer, una respiración acompasada en los fuelles, un grifo que gotea vuestros nombres en el silencio de la siesta: Di-vi/ Be-a», son las sentencias con las que termina Díez declamando en su introducción.

Todo hecho a cuatro manos. Un par, a cargo de papel y boli; el otro, sujeto a la cámara que captura sentimientos, retratos, retales de historia y naturaleza. Estrofas que bailan entre páginas de tinta, a base de secuencias paisajísticas y de letras que se juntan a merced de una arte del todo visceral y con guiños cinematográficos y meldódicos que hacen de estos ‘Instantes’ una parte más de las trayectorias de sendas artistas. La poeta, con el poemario inédito ‘Solo la música nos salva de los extraños mapas de la noche’ y el fanzine ‘Laberinto’ -junto a otros escritores- en la recámara de la creación. La fotógrafa, como contagiada por la poesía de García, suelta un pareado: «Yo, de momento, donde me lleve el viento».

Fotógrafa y poeta marchan airosas. Sus bolsas, repletas de ejemplares de su obra conjunta. Quizá no la única, sí la primogénita. Se ve en los rostros vestidos de la ilusión de la primera vez. Quinina y García marchan juntas, agarradas a unos ‘Instantes’ que rezan poesía y realidad. «Deja/ a los pájaros que diseñan el alba/ recordar el color de tu mirada/ y la huella de tu presencia», que dicen los versos de García casi al final. Sus huellas y las de Quinina ya dan cuenta de su presencia. Y encienden la chispa artística, a punto de convertirse en el fuego de estas dos poetas -literaria y visual- en una nueva entrega que bien yace mecida en la cuna del arte leonés.

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