Emma Ozores: "Lo difícil es hacer reír"

La última obra escrita y dirigida por Antonio Ozores, '¡El último que apague la luz!', aterriza en el Teatro San Francisco este sábado a las 18:30 y a las 21:00

Camino Díez Llamazares
21/06/2023
 Actualizado a 21/06/2023
Una escena de la obra que este sábado tiene dos pases en el Teatro San Francisco de León. | L.N.C.
Una escena de la obra que este sábado tiene dos pases en el Teatro San Francisco de León. | L.N.C.
Toda su vida ha estado esta actriz madrileña relacionada con el mundo de la interpretación. Hasta en la cuna, el destino parecía tenerle preparado un futuro dilatado en televisión, cine y teatro. Nieta e hija de actores, la actriz nacía en el seno de una estirpe de artistas con un hueco en el panorama nacional desde finales del siglo XIX, que en 2016 fue reconocida con el Goya de Honor por haber sido partícipe de la existencia actual de los teatros, concejalías y espacios públicos escénicos de todos los pueblos de España.

El primer acercamiento a la pantalla de Emma Ozores fue en su veintena: "Empecé a ir a castin a ver si me cogían y me cogieron para un musical que se llamaba ‘Por la calle de Alcalá’". Algunas frases -no muchas- y más de una decena de números musicales supusieron los pinitos de Ozores en la interpretación. Una que, desde sus inicios, estuvo muy marcada por el oficio de su familia. Aun así, sus padres actores no facilitaron en demasiada medida esa introducción de la joven madrileña a la puesta en escena.

"Lo he tenido fácil a la hora de darme a conocer, pero no a la hora de conseguir trabajo", cuenta y en su memoria aparecen recuerdos de audiciones a las que asistía presentándose como la hija de Antonio Ozores. Todos saludaban a Emma, conocían a su padre y se alegraban de que la joven actriz siguiese sus pasos. La alegría de unos y de otros, la dicha de la actriz al regresar a casa y contar a su familia la grata experiencia y el cariño con el que aquellos directores de castin hablaban de su padre, no significó una incorporación inmediata a pequeña ni gran pantalla y lo cierto es que, a la hora de la verdad, proceder de una familia como la suya no hizo que el teléfono de Ozores sonase al principio muy a menudo. "Fue todo poco a poco", rememora: "Una frase, dos frases... Así fui aprendiendo, sobre todo, de los actores que había antes, que eran tan buenos".

Desde entonces, el mundillo ha ido evolucionando de la mano del tiempo. "Sigue habiendo buenas obras, hay mucha oferta cultural y mucha gente está acudiendo a los teatros ahora mismo", opina Ozores. Para ella, el progreso del cine, la televisión, el teatro y, en definitiva, del mundo de la interpretación, es positivo aunque no se olvida de echar en falta a aquellos intérpretes que se convirtieron en sus "maestros" de juventud y que acabaron de prender en ella la chispa para convertirse en actriz: "Había actores en aquella época muy buenos y ahora es un poco diferente en ese sentido, pero sigue habiendo muy buenas obras y muy buenos actores".

La magia del teatro


Ozores, que lleva a sus espaldas una trayectoria extensa en televisión, cine y teatro, con papeles en numerosas películas -algunas dirigidas por su padre o por su abuelo-, series como ‘La casa de los líos’, ‘Farmacia de guardia’ o ‘Aquí no hay quien viva’ y obras teatrales que le acompañan desde la década de los ochenta, confiesa encontrar en el teatro algo que no le es fácil encontrar en otros formatos. "Me gusta ver a la gente ahí y lo que está pasando en ese momento", explica: "Ese contacto tan directo y tan auténtico me gusta mucho".

Este sábado, la actriz se sube a las tablas del Teatro San Francisco con la interpretación de ‘¡El último que apague la luz!’, la última obra escrita y dirigida por su padre, el fallecido Antonio Ozores. Una comedia que ha formado parte de la cartelera del Teatro Arlequín de Madrid a lo largo de cinco años, considerada como mejor obra de humor en 2010 y caldo de cultivo para que Emma Ozores recibiese el reconocimiento de mejor actriz según Ojo Crítico de RNE.

«Es totalmente suya, es su humor", afirma la actriz sobre la obra de su padre: "Cuando termina, hay gente que dice que ha visto a Antonio Ozores en el escenario". Emocionada, se muestra más que gradecida por esas palabras, con las que se confirma su pretensión de revivir a su padre en esta especie de tributo a su vida y obra. Tampoco faltan las comparaciones y esos espectadores que se empeñan por comentarle lo mucho que se parecen padre e hija a la hora de actuar. Respecto a eso, ella es contundente: "¡Pues qué bien que se me haya quedado algo, porque para mí él ha sido un verdadero maestro!".

Aunque sólo entran en escena dos actores, ‘¡El último que apague la luz!’ cuenta con un texto completo en el que pasan constantemente cosas en un decorado que es mínimo. Ozores recuerda que, después de uno de los pases, una señora se le acercó para decirle: "No entiendo cómo con tan poco he visto tanto". Y es que, según señala, "hay que dejarle mucho a la imaginación". Si los actores esperan a un autobús imaginario en una marquesina igualmente imaginaria, el espectador ha de recurrir a su creatividad para apreciarla, para comprender el contexto y empaparse completamente de la magia teatral: "Es un poco diferente de lo que se suele ver en teatro, así que hay que estar abierto a que te cuenten algo distinto".

Tanto es así que la madrileña ríe al contar alguna de las anécdotas con el público que les han acompañado durante la interpretación de esta obra: "Hay veces que hasta te hablan, te preguntan cosas porque se creen que estás improvisando". Aunque no hay ápice de improvisación y todo está perfectamente estudiado y ensayado, el humor de Antonio Ozores invade tanto el espacio que es fácil romper esa cuarta pared -también imaginaria- de la que tanto se habla.

Los Ozores de la comedia


Y es que la comedia tiene su hueco en la genética de Emma Ozores. Su familia ha estado ligada a este género durante toda su trayectoria interpretativa. "De la comedia, me gusta que la gente disfruta y lo pasa bien", reflexiona. A pesar de llevar consigo papeles de corte dramático, Ozores no es la primera -probablemente, tampoco la última- en hallar más dificultad a la hora de hacer reír que en el momento de hacer llorar. "Para un actor cómico, yo creo que es mucho más fácil hacer un drama", opina: "Lo difícil es hacer reír".

De esta última representación, describe su sensación de satisfacción cuando el sonido de aplausos y vítores llega a sus oídos como prueba fehaciente del disfrute de los espectadores: "A lo mejor vienes cansado porque has estado trabajando en otro lado, pero merece la pena porque ves cómo se lo pasan". En la actualidad, Emma Ozores está embarcada en dos proyectos. Uno tiene por escenario el Teatro Romano de Mérida: "Se llama ‘El regalo de Zeus’ y estamos ahora con ensayos". El otro pasa por la obra que este sábado, coincidiendo con la festividad de San Juan que llena las calles leonesas estos días de actividades, es acogido por la capital provincial en una representación de dos pases; uno a las 18:30 y el otro a las 21:00.

Emma Ozores se despide entre parafraseos que recuerdan sus memorias en el mundo de la interpretación y halagos a su padre que invitan a leoneses y leonesas a asistir este fin de semana al Teatro San Francisco. Invitación para asistir a una obra descrita por la hija de su creador como "entrañable", por la historia, por su humor y por la manera en que sus líneas hacen regresar a Antonio Ozores a este teatro que es la vida. "Que mi padre pueda seguir haciendo feliz a la gente, que puedan recordarlo y reírse con sus cosas, es muy bonito", termina emotiva: "La gente viene a vernos con cariño porque nos conoce y eso hace que yo también les tenga mucho cariño".
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