Elena Iglesias llega al Gran Café con Hummo: "Con Los Flechazos vivimos el final de una época"

Antigua integrante de una de las bandas más exitosas de León, la organista es ahora parte de Hummo, una de las agrupaciones que este sábado se sube a las tablas del Gran Café de la capital provincial

10/05/2025
 Actualizado a 10/05/2025
La banda Hummo con Elena Iglesias a la izquierda y su antiguo batería, Jordi Bruto.
La banda Hummo con Elena Iglesias a la izquierda y su antiguo batería, Jordi Bruto.

Elena Iglesias se incroporó a la nómina de artistas que conforma Hummo unos meses después del nacimiento del grupo, en el año 2021. Al principio eran la batería de Jordi Bruto y las voces y guitarras de Dani Trillo y Javier y David Herreras las que completaban el equipo. No fue hasta hace unos meses que un nuevo integrante asomó su batería entre las melodías de la banda leonesa: César Redondo apareció para sustituir a Bruto. Los Platillos Volantes y Allrighters son formaciones de procedencia para los actuales miembros de Hummo, cuyas influencias beben de la fuente que es el «rock clásico de los sesenta», como el de los Rolling Stones o los Beatles o Small Faces, «grupos españoles de los sesenta y bandas latinoamericanas de los sesenta y principios de los setenta».

Así lo explica Iglesias, a cargo de las teclas de una banda que arrancó su andadura echando mano de versiones. «Ahora mismo el repertorio es casi entero propio», cuenta: «Estamos en una etapa nueva y nos hemos puesto un poco las pilas; ya está el repertorio, ya están las canciones, pues lo suyo es grabar un disco». Sería el primero de un grupo cuyos integrantes compaginan su faceta musical con trabajos cotidianos. Integrantes de edades dispares, pero con mismas influencias. «Esto ya no es tanto como hace 20 ó 30 años, que era gente joven metida en el garaje de su casa», opina la organista: «Ahora la mayoría de grupos tienen una edad». Sobre la idea de invertir su tiempo exlusivamente en el ámbito musical, Iglesias confiesa que nunca lo han hablado. «Yo creo que haces música porque te gusta y haces la música que haces porque te llena», considera: «La intención que tenemos es hacer lo que nos apetece y luego ya se irá viendo».

Esa naturalidad se convirtió en constante durante su periplo con Los Flechazos. Elena Iglesias vivió en la era pop de su mano desde los 16 años. «Fue una época muy buena», recuerda: «Durante años hicimos todos lo que nos apetecía hacer en ese momento y tuvimos la suerte de que nos fue bien». Más de una década de trayectoria les llevó a ser considerados los mayores exponentes del estilo mod-beat en España.

Aquel éxito llegó a sus vidas acompañado de una fuerte repercusión. Iglesias no la echa de menos. «La ruputura fue dura en su momento y sí que tuve la intención de no volver a subirme a los escenarios durante un tiempo», relata, aunque no tardó mucho en regresar a la escena. Primero, colaborando con Los Platillos Volantes. Ahora, como una más de los miembros de Hummo. «No es la primera banda de ninguno de nosotros y, aunque haya diferencias de edad, estamos en una madurez musical en la que se comparten los gustos, las raíces de lo que se está haciendo», señala.

El nuevo batería de la banda, César Redondo.
El nuevo batería de la banda, César Redondo.

Aquel mal sabor fruto del término de la era pop en la que sonaba con Los Flechazos, no tardó en disiparse de la boca de la leonesa, que considera haber completado un ciclo. «Detrás de la ilusión de la gente que monta un grupo hay un mercado muy complejo y con Los Flechazos vivimos el final de una época», apunta: «Cuando empezamos, había tiendas de discos en la ciudad y cuando acabamos ya no había y las compañías independientes en España habían sido absorbidas por multinacionales... Todo había cambiado mucho y nosotros nunca habíamos estado dispuestos a hacer concesiones». 

Los cambios del mundillo no se limitaron a aquellos tiempos de transición entre grupos. Poco tiene que ver la forma de hacer música ahora con la de entonces. Poco tienen que ver las canciones que suenan en las discotecas con las que sonaban. «El problema que tengo es que voy a los sitios en los que me gusta la música que ponen», refleja la organista. Aunque, más que un problema, parece una solución. «Cuando eres joven vas a los sitios en los que está la gente con la que quieres estar», añade: «Con el tiempo acabas yendo a los sitios en los que te gusta la música que ponen porque, normalmente, allí está la gente con la que compartes cosas». 

A su modo de ver, «la música ha dado un vuelvo terrorífico y a los chavales jóvenes no les importa tanto ahora como importaba hace 25 ó 30 años». Elena Iglesias es firme partidaria de esa música en directo que «te aporta unas sensaciones mucho más intensas que la que escuchas en casa». También, ferviente defenesora de la idea de que, «si te gusta la música, como un concierto no hay nada», frente a la corriente en tendencia de crear un sonido «enlatado, hecho con tecnología de andar por casa». 

Asidua entre el público del Purple Weekend –festival que llegó a organizar durante tres años y desde el que se despidió en 1998 junto a Los Flechazos–, explica su punto tranquila, sin reproches. Tiene la mirada puesta en ese primer trabajo discográfico que –espera– salga a la luz este mismo año. «No tenemos decidido dónde vamos a grabar ni nada», ríe haciendo gala al mismo tiempo de su seguridad: «La intención y los temas están ahí, que es lo importante; es cuestión de ponernos». De momento, a centrarse en los tres conciertos que tienen por delante. El primero de ellos, este sábado en El Gran Café de la capital provincial, donde compartirán escenario con Jesucritler y harán regresar el sonido ‘sixtie’ de nuevo a León.

Lo más leído