Aquel joven bañés se llama José Barrio Vega y trabajó como guarda de esta mina de película —por todas las peripecias asociadas al wolfram y su explotación— hasta 1978, fue el último de los trabajadores de esta explotación en el poblado de Casaio.
Parece que no hablaba en exceso de aquella etapa José Barrio pues su nieto, historiador, "conocía que había trabajado allí pero, por ejemplo, no sabía que había sido el último guarda de la mina Valborraz" y al ir conociendo detalles se fue interesando más, enganchándose a la historia y el fruto de estas investigaciones es un libro publicado recientemente y que irá presentando por aquellas comarcas en las que se desarrolla, fundamentalmente las leonesas de Cabrera y La Baña; y las gallegas de Valdeorras; y ya lo presentó en Casaio.

Curiosamente la primera noticia que tuvo Cristian Barrio de la presencia de antepasados suyos en las minas de wolfram va más allá de su abuelo pues "en el documental de Felipe Rodrígez ‘Lobos sucios’, de 2007, aparecía mi bisabuela Manuela Valle, suegra de mi abuelo, y contaba que había trabajado en las minas de wolfram en la época de la II Guerra Mundial; y de que mi abuelo fue guarda en Valborraz me enteré en otra entrevista, que le hizo Sputnik Labrego".
El caso es que Cristian Barrio decidió ponerse manos a la obra en la recuperación de la peripecia familiar relacionada con las minas de wolfram y ya está en las librerías el primer fruto de sus investigaciones.