«El silencio de su ausencia resulta ensordecedor»

‘Jorge Iglesias:Un luchador’ es el título del documental que recuerda la figura de este deportista fallecido con tan solo veinte años. Realizado por Rodolfo Herrero, con guion de Barreñada y Calos Iglesias, fue preestrenado el viernes

22/06/2025
 Actualizado a 22/06/2025
La foto de un pensativo Jorge Iglesias en el corro de Sandoval ha sido la elegida para la carátula del documental sobre su vida. |L.N.C.|
La foto de un pensativo Jorge Iglesias en el corro de Sandoval ha sido la elegida para la carátula del documental sobre su vida. |L.N.C.|

Yolanda Oricheta, la madre de Jorge Iglesias, reflexiona sobre el vacío que dejó la ausencia de su hijo, fallecido con tan solo veinte años de manera repentina. Une ese vacío a la necesidad que sintió Carlos Iglesias, el padre del malogrado luchador, de impulsar un documental que recordará a aquel chaval que fue un ejemplo de deportista y era una de las grandes promesas de la lucha leonesa. "Yo le pregunté una vez si sería buena idea, si no nos iba a producir nuevamente un gran dolor volver a revivir tantas cosas. Pero solo se lo pregunté una vez pues me di cuenta que para Carlos era una necesidad rendirle este homenaje y yo, por otra parte, recordé la cantidad de horas que les había escuchado de fondo mientras veían corros de lucha y hablaban de mañas y estas cosas. Fue inevitable pensar que desde aquel 25 de septiembre el silencio de su ausencia produce un ruido atronador. Y eso recoge el documental, aquel ruido y esta ausencia" 
Así explicaba la madre del malogrado Jorge Iglesias cómo también creyó que merecía la pena revivir aquel dolor por una gran necesidad:perpetuar el recuerdo de un chaval de 20 años, muy buen luchador, pero mucho mejor deportista, excelente persona. "Sólo una vez ‘amagó’ una protesta, en Valencia de Don Juan, ante un flagrante error sintió la necesidad de decírselo al árbitro", recordaba su padre.

Un grande de la lucha, de cualquier deporte pero de la lucha más, es la suma de un buen luchador y un excelente deportista;Jorge en el apartado de deportista era un 10, en el de luchador iba camino de serlo;se dice en el documental.
Y es que ese documental ya es una realidad. Se titula ‘Jorge Iglesias: Un luchador’ y el viernes ya se realizó un preestreno con las gentes que colaboran en el mismo. Un trabajo coordinado por Antonio Barreñada y el propio Carlos Iglesias y realizado por el cineasta cántabro, afincado hace muchos años en León, Rodolfo Herrero. El estreno tenía la función de pulir los defectos que los asistentes pudieran detectar... pero todos quedaron encantados con el resultado del trabajo que se elevará a definitivo y se pretende proyectar en un buen número de pueblos a lo largo del verano. En La Sobarriba, a cuyo club se sumó Jorge; Vega de Espinareda, el pueblo que defendió el luchador y para el que ganó un corro de lucha por primera vez en la historia de este deporte siendo a su vez el primer berciano en lograrlo; en Matallana, la tierra de su madre; en León, por supuesto, y los que vendrán.

En el primer testimonio que aparece en el documental está la razón y explicación del título del trabajo cinematográfico sobre la vida de Jorge. Es de un veterano aficionado de Mansilla Mayor, Arturo Cascallana, uno de esos paisanos que ha visto muchos corros, y a la hora de definir a Iglesias es tan escueto como contundente:«¿Jorge? un luchador».

Dicho queda. Y es mucho lo que quería decir el paisano. Y lo dijo. No hace falta llegar a una edad longeva para convertirte en un inolvidable de tu tierra, de sus gentes. Se recuerda en el documental como, por ejemplo, con la misma edad que Jorge, 20 años, falleció otra de las leyendas de la lucha leonesa, Chuchi el de La Ercina, que murió en la mina intentando rescatar a un compañero; joven falleció también Pepín de Celis, El Torero, hermano de Cayuso, quien encontró la muerte en un accidente conduciendo un camión. Y están en la historia, están en el recuerdo, son de esos que siempre se habla, no se han olvidado.
Como se hablará durante generaciones del recuerdo de Jorge Iglesias, y más con la existencia de este documental que reverdecerá su figura, su forma de ser y estar con frecuencia. Lo dice —más bien lo intenta decir pues le embarga la emoción pero se le entiende— un compañero de estudios en la Universidad: «Se dice que alguien no muere del todo mientras se le recuerda. Nosotros, sus amigos de la Facultad, jamás le olvidaremos», y con un grupo de compañeros va desgranando recuerdos de ese chaval tímido, todavía con los granos de la adolescencia en su cara de niño, que también era un excelente estudiante, que preparaba sus cosas para irse de Erasmus cuando le sorprendió la muerte.
El rico archivo familiar permite recuperar para ‘Jorge Iglesias: Un luchador’ mucho material cargado de emotividad y fuerza, estampas de otros deportes que practicó, viejas fotografías de su niñez —bueno, no muy viejas pues su muerte prematura hace que sean de hace unos pocos años—y bastantes imágenes de lucha leonesa, el deporte que hizo suyo llegando desde El Bierzo, pues siempre luchó por Vega de Espinareda, excepto en el corro de Matallana, que lo hacía por Orzonaga, el pueblo de su madre. Aparecen, por ello, los testimonios emocionados de compañeros de club y amigos —Fernando Rodríguez y Adri; Clemente Fuertes, su maestro; Gasi, el último en agarrarse al cinto con él; Carlitos Mondelo, que regresó a la lucha para rendirle homenaje... y los que quisieron y no era posible. Tuvo Barreñada que pedir perdón:«Sois muchos los que os habría gustado estar, pero sería un documental eterno, lo siento», explicó antes de recordar otro de los méritos de Jorge Iglesias:«Haber derribado la puerta del Manzanal, haber sido el primer luchador berciano en ganar un corro de lucha leonesa, haber hermanado territorios».
Yolanda, la madre, musita ‘fuera de cámara’: «A veces pienso que Carlos veía en Jorge la posibilidad de hacer algo que a él hubiera gustado de haber conocido antes la lucha leonesa: ser luchador». Una frase del propio Jorge cierra el documental y se convierte en un legado y un reto para este deporte:«Me enganchó la lucha porque es algo muy familiar»... lo que da pie al comentario final de alguien que lleva muchos años, décadas, siguiendo este deporte: «Es que si la lucha leonesa no es una familia la lucha no es nada, nada, no tiene sentido, desaparecerá». 

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