Detrás de aquella pegadiza canción estaba un grupo leonés, del Valle de Laciana: Piñón Fijo. Un trío formado por Mario Fernández (voz y bajo), Floro Varela (guitarra) y Joaquín Arias, Juaco, batería; tres vecinos del valle minero.

De todo ello se hablaba en la mañana del martes en los alrededores de la iglesia de Caboalles de Abajo, en la despedida de uno de los tres músicos mineros de Piñón Fijo en su localidad natal. Juaco, por su nombre; Gaita, para otros por su pasión por la música y Rambo para quienes conocieron su fortaleza primero en la mina y después con los camiones, siempre en Laciana, su tierra, de la que no fue.
Juaco sólo tenía 58 años y toda la fortaleza del mundo, pero se lo llevó este maldito bicho, de ahí que Antonio Arias Terrado escribiera desde su Crónica Minera:«Reflexionemos de una puta vez que está mierda de bicho se cobra día tras día un montón de vidas».
Después de aquel primer y rotundo éxito de Piñón Fijo mantuvieron una intensa actividad durante cinco años, con muchos conciertos y varios discos en el mercado , como ‘Un amigo de verdad’ (1988) y fueron incluidos en varios recopilatorios, uno de ellos el de la famosa campaña ‘Salvemos la Catedral’. Juaco se fue alejando de la música, mientras Mario se incorporó a Los Cardiacos y posteriormente formó un dúo con ‘el otro Piñón’, Jorge. Mario también perdió a un hermano en esta triste pandemia, la misma que se llevó a u n tipo tan noble como querido: Juaco, Gaitas o Rambo XII, todos apodos cariñosos.