El profesor en el Oceanario

"El resto de ejemplares eran sombras al fondo del tanque. Allí estarían las barracudas y las rayas, suponía. También podía distinguir las siluetas de los visitantes, al otro lado del cristal"

Noemí Sabugal (texto) / Pablo J. Casal (foto)
17/08/2016
 Actualizado a 06/09/2019
Visitantes en el Oceanario de Lisboa y una raya nadando al otro lado del cristal.| PABLO J. CASAL
Visitantes en el Oceanario de Lisboa y una raya nadando al otro lado del cristal.| PABLO J. CASAL
Bajo él pasaba ahora una nube móvil formada por varios peces. Antes, habían emergido durante menos de un segundo las aletas de un par de atunes. El resto de ejemplares eran sombras al fondo del tanque. Allí estarían las barracudas y las rayas, suponía. Todavía no había descubierto a ninguno de los otros. También podía distinguir, desde donde estaba, viendo sin ser visto, las siluetas de los visitantes, al otro lado del cristal.
Eran imprecisas formas humanas que pronto gritarían sorprendidas.
Eso le hacía reír.
El corazón le latía sin control, pero estaba contento. Todo había salido según lo previsto. Los meses de observación de la rutina diaria del Oceanario habían resultado muy útiles. Para empezar, había llegado allí sin ser descubierto y además sabía que, por la hora, ya habían echado de comer a los acuáticos habitantes del tanque, por lo que los cuidadores tardarían bastante rato en volver.
Por eso se estaba demorando y, aunque tenía frío, disfrutaba del espectáculo del agua agitada por los peces. A la vez, repasaba su vida. No pensó que se acordaría de Amália en este momento, pero su cara había acudido a su memoria sin esfuerzo, mucho más nítida que en los últimos años. Además pensó en las dos hijas que casi no veía, y sonrió. Y se vio a sí mismo más joven, de pie ante el encerado, serio, concentrado en aquellos números que habían regido toda su existencia, que eran incluso la metáfora de una vida tan aburrida que sólo dejaría una única travesura: la que estaba a punto de hacer, y que confiaba en ver difundida mañana en el titular de algún periódico: «Profesor de Matemáticas jubilado se arroja desnudo a un tanque con tiburones».
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