Al igual que ‘Rayuela’, la famosa obra de Cortázar, en ‘Subway’ el lector puede optar por una lectura ordenada o saltar de estación a estación. «El juego consiste en ponerte en un punto y llegar a un destino, por lo que habrá que hacer transbordos y elegir qué parada coger», explicó Vallecillos, quien destacó que «al igual que ocurre en la vida, las personas no seguimos un camino recto, sino que tenemos que elegir por dónde queremos ir».
El autor confesó que algunas partes del poemario dicen mucho de sí mismo. En esta línea, destaca uno de los poemas, titulado ‘Esos hombres que ahora lucen pantorrillas’, sobre la homosexualidad y las nuevas modas en la forma de vestir masculina. «En el poema explico cómo de pequeño tenía miedo a que los niños se rieran de mí por vestir a mi Geyperman y, sin embargo, ahora esos niños son hombres que van marcando pantorrilla», bromeó el escritor, que detalló que los poemas dedicados a la homosexualidad muestran «un recorrido desde el miedo a la aceptación».
Bajo la temática urbana y a través de la puesta en escena con una divertida performance, el público participó con entrega en la presentación.
‘Devorando’ páginas
Tirso Priscilo Vallecillos también presentó este miércoles su ‘Libro de cocina tradicional caníbal’, una colección de relatos introducidos por un prólogo firmado por Hannibal Lecter. «El mensaje es que en la vida nos devoramos los unos a los otros que todo lo que hagamos depende de los actos de los demás», explicó el escritor.
Al igual que en el poemario, el libro de relatos incluye un elemento lúdico. Al hilo de la teoría de la estética de la recepción, el autor ofrece al lector los ingredientes de las historias para que este pueda ‘cocinarlas’ a su gusto. De la misma forma que ocurre en la vida cotidiana, el juego consiste en que cada uno pueda crear su propia historia en base a pistas o datos concretos.
«El lector puede optar por leer los relatos por orden o buscar los ingredientes y hacerse su propia receta, y esto es altamente motivador», destacó Vallecillos. El escritor, que es además profesor de Lengua y Literatura en Sevilla, conoce bien la importancia de estimular el gusto por la lectura como fuente de placer y lo lleva a la práctica en sus obras con la idea de que el lector devore las páginas «con ganas».
Eso es precisamente lo que ocurrió ayer en La Obrera de Ponferrada. Pese a lo difícil de conectar con el público en una presentación literaria, el granadino con raíces leonesas demostró que leer puede ser muy divertido como también puede serlo un viaje en metro.