León y sus espacios como personaje principal. Una «ciudad llena de toda especie de felicidades» como protagonista. Así la describió el monje medieval Aymeric Picaud, el primero en elaborar una guía turística en forma de cuaderno de viaje por el Camino de Santiago, y así lo indica Juan Luis Puente, autor de esta guía sobre León, en la primera de sus alrededor de doscientas páginas. «El habitante muchas veces no conoce su propia ciudad», dice: «Está ciego y se va a otras capitales de España y del extranjero, pero no conoce su ciudad».
Puente, con una década a sus espaldas como periodista, otros tantos años como profesor y agricultor de investigaciones arqueológicas y artísticas, no es novato en esta tarea que es informar. Su publicación tiene por génesis el año de inicio del siglo que corre. Lo que ahora ocupa las estanterías de las librerías es el resultado de una actualizada reedición. «Hoy, en el mundo digital, la gente sigue comprando libros de guías turísticas», se sorprende el autor: «Creo que a la gente le sigue gustando tener el libro físico en las manos antes, durante y después del viaje». El suyo, de tamaño idóneo para llevar a todas partes, es un reflejo de los cambios a los que se ha visto sometida la ciudad de León en los últimos veintitrés años, que no son pocos.
«A veces es casi más complicado renovar un edificio que hacerlo completamente nuevo», confiesa haciendo uso de una alegoría que le viene al dedo, pues Juan Luis Puente es un verdadero entusiasta de la arquitectura contemporánea que desde hace tiempo alberga León. «Hay que tener en cuenta la cantidad de edificios que se han hecho desde el año 2000», explica: «Estamos en lo más puntero ahora mismo de ciudades que han invertido mucho en edificios de nuevo cuño con un estilo completamente vanguardista».
Museos y rutas no se quedan fuera de esta actualización. La Casa Botines o el Museo de la Emigración Leonesa, del que Puente no es tímido al señalar que la mayoría de leoneses no lo conoce, ocupan algunas de las páginas de esta guía turística. «En la sección final, hemos querido poner rutas para las personas que quieran estar más de un día en León», añade: «Ese es otro problema, una persona viene y parece que León sigue siendo sus Tres Marías». Se refiere a la triada turística por antonomasia: la catedral, San Isidoro y San Marcos. Los tres enclaves que cualquier visitante no duda en apreciar en su llegada a tierras leonesas, cometiendo el error -en ocasiones- de permitir que le pasen desapercibidos otros encantos menos consabidos. Encantos como la ruta de los monasterios o la de las dos hoces por la zona de La Vecilla. De ambas escribe Puente en esta publicación, que intenta desentrañar hasta el más recóndito recoveco de León y sus alrededores.
Y es que esta provincia, que mantiene su esencia hechizante -como lo hace esta guía- ha cambiado mucho en las últimas dos décadas. Y así lo ha querido reflejar el autor. «En muchas cosas, León ha cambiado para bien, pero para otras...», opina: «Yo a veces pienso en cómo se han conservado algunas cosas porque aquí somos muy dados a destruir». Aun así, Puente considera que «lo fundamental sigue ahí» y compara aquella publicación de principios de siglo con la de ahora para tomar conciencia de la evolución de León y exclamar: «¡Caramba! León ha cambiado».Esta guía mantiene como hilo conductor esas que Puente califica como «las Tres Marías». Eso sí, con todas sus fotografías renovadas. «Para la Semana Santa, se han hecho las fotos este año», aclara. Y, en la misma página en que aparece una imagen de la ceremonia del Desenclavo frente a la Puerta del Perdón de San Isidoro o el cambio de manto a la Virgen ante la catedral en el Domingo de Resurrección, se ve también la figura de la famosa dama de la guadaña asistiendo la muerte del pellejero Genarín. Todo en una muestra de carácter y costumbres leonesas. Una prueba de que la publicación de Puente es para leoneses y turistas de todo tipo.
Con esta guía, el redactor, que se confiesa como un acérrimo amante del otoño leonés, invita al que se acerque a sus páginas y a las calles de esta ciudad a disfrutar de ella, a mirarla y descubrir lo que esconde, que «hay para rato», como bien anuncia Puente. Todo a través de sus textos y de las imágenes de Victoria E. Marcos, Javier Fernández, Vicente García, Fernando Fernández, el propio Juan Luis Puente, la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, el Museo de León, Paradores de Turismo de España, el Archivo Edilesa y el Instituto Leonés de Cultura. Este último acoge este miércoles a las 19:30 la presentación de la reedición de Puente, que cuenta con la compañía de Emilio Gancedo, Beatriz Pastor y Javier Fernández, ‘Motorines’.
«La gente, cuando viene a León, dice que aquí se vive bien», continúa Puente: «Y es verdad, es una ciudad agradable». Es cierto que, como señala el autor, «en esas pocas ocasiones en que el asfalto agobia», el que visita o reside en León encuentra en sus alrededores lugares «únicos para perderse y olvidar el escaso mundanal ruido». Sus parques, la longeva historia que se respira en el aire leonés y los vientos que corren y recorren las calles de la ciudad son prueba definitiva de su espíritu mágico. A ese espíritu le pone esta guía imagen y texto. Y aunque -dice Puente- «siempre queda algo en el tintero; es por falta de espacio y no por olvido». De igual manera, lo que esta publicación actualizada esconde, habiendo crecido en estos últimos veinte años de la mano de esta tierra y de su autor, permite a su lector una visita en profundidad que abarca casi íntegramente todos los tesoros recogidos en León.
Puente, que ha querido «reflejar las atmósferas de algunas calles leonesas», no ceja en su empeño de transmitir la belleza de esta ciudad y de sus alrededores. De toda la provincia, en realidad. El autor invita a habitantes y turistas a descubrir sus esquinas, sus plazas y rincones; no sólo aquello que se plasma normalmente en una guía. Aunque la suya, desde luego, sería un buen acompañante en los paseos de leoneses y leonesas, turistas y otros despistados por las travesías de León. El autor, quizá por cambiar el rumbo de los aficionados a asomarse por estas tierras sólo en época estival y como buen amante del León otoñal, termina diciendo: «El otoño en León es una maravilla».