"El Grial me importa lo mismo que una boñiga"

Juan Carlos Mestre pasó por la Feria del Libro golpeando con contundencia. Fue duro en sus apreciaciones pero el de Villafranca se mostró convencido de que una de las funciones del poeta es ser «resistente frente al Poder, cercano a los iguales y un convencido de que los seres humanos somos responsables unos de otros».

No participaba Mestre en una presentación al uso sino en un encuentro con los lectores y quienes quisieran preguntarle. Estuvo acompañado del poeta Rafa Saravia y del librero Héctor Escobar, ellos le lanzaron las primeras preguntas y el escritor berciano cogió carrerilla. En la feria del libro le preguntaron por las librerías, por el difícil momento que atraviesan. «No me puedo imaginar el futuro de mi país sin librerías, como no me puedo imaginar a mi país sin poesía pues estoy convencido de que si la poesía tiene futuro este país tendrá porvenir en el sentido de que los poetas podrán dibujar un futuro diferente, un mundo libre, justo y solidario». Yremató, «nuestro país está moribundo por su desprecio a la cultura». Y recordó el viejo sueño de Pablo Iglesias, aquel "que soñaba una República llena de bibliotecas en las que los obreros y trabajadores pudieran leer a Góngora, porque Miguel Hernández no era un pastor que bajó de los montes, era un lector, un hijo de las bibliotecas públicas".

- Entonces, ¿cuál es la función del poeta y de la poesía?

- Nuestra función es mantener una intensa y radical obstinación frente al Poder, para no dejarlo mentir, para no dejarlo engañar, para denunciar sus constantes recursos a la mentira. Los poetas construyen la casa de la verdad.

Mucho más contundente y duro se mostró Juan Carlos Mestre al definir a la clase política actual de nuestro país. «Es terrible comprobar que estamos en manos de unos zoquetes muy mediocres, que se niegan a dejarnos utilizar la llave de la inteligencia, porque son zoquetes pero no tontos. Por eso, mi propuesta hoy y aquí es que ni una concesión más, ni un voto más a quienes están machacando a la cultura, a los libros».

Al tomar la palabra los asistentes le fueron pidiendo que analizara algunos de los aspectos de la actualidad cultural de la ciudad, como el peligro de desaparición del Premio Leteo. «No pertenezco a este club pero se de él por su primer ganador, mi maestro Gamoneda, y por eso pido que no dejéis que desaparezca estepremio, porque hacerlo supondría aceptar que desaparezcan los vínculos de esta ciudad con una gente, sus ganadores, que nos acercan una sociedad libre».

Y tampoco se salvó en su repaso el Santo Grial. "Está nuestra tierra llena de motivos de orgullo, cosas reales, para irse a buscar un cáliz, una leyenda que, además, vino de la mano de los Templarios, que son uno de los pueblos que menos respetaron la libertad y tienen una historia más oscura. Como valor histórico real el llamado Grial me interesa lo mismo que una boñiga de vaca. Son nuevas fantasías de Walt Disney de mequetrefes metidos a la gestión pública".