Alberto Magno fue un gran viajero. Con él, nos ponemos en ruta:
Lauingen (Baviera)
A orillas del Danubio, en Lauingen,nace a finales del siglo XII (1199)Alberto Bolstadt.A poco más de media horade Augsburgo (donde el abuelo del gran compositor W.A. Mozart fue maestro encuadernador) la ciudad de Lauingenmuestra elMonumento de Alberto Magnofrente alespectacular edificio del ayuntamiento que recuerda a unapasionado del saber y la investigación.
Padua (Italia)
El científicoal que cada noviembre recuerdanlos estudiantes de Ciencias, viajó a los 16 añoshastaPadua, atraído por su cultura.Allí estudió gramática, astronomía, geometría o música, las llamadas ‘Artes Liberales’ , en una de las universidades más antiguas del mundo, por cuyas aulas pasaronaños más tarde los eminentesastrónomos NicolásCopérnico y Galileo Galilei. París (Francia)
Hacemos parada en París, ciudad a la queAlberto Magno llega en 1245para ejercer como profesor en la Sorbona, prestigiosa universidad porla que siglos mas tarde transitarían Pierre y Marie Curie. Alberto Magnotraduce al latí en los libros de ciencias naturales que Aristóteles yen ellos encuentrala base experimental para la realización de clasificaciones en botánica y alquimia. Sigue sus ideas pero en ocasiones también es crítico. Las clases de Alberto Magno eran tan famosasque no había espacio suficiente en el aula, motivo que le llevó a darsus clases enlaplaza quehoy día lleva su nombre: Place Maubert (Maitre Albert)
Ratisbona (Alemania)
Alberto Magno fue nombrado obispo de esta ciudad cercana aSalzsburgo; pero en cuanto sus obligaciones se lo permitieronviajó hasta Roma pararenunciara su cargo y así podertrabajar ensu laboratorio de alquimia.
Colonia (Alemania)
En su juventud San Albertofue profesor en la ciudadde Coloniay después de abandonar su cargo de obispo volvió de nuevo a enseñar en su Universidad.Entre sus alumnosdestacó uno de familia nobleque, igual que él nació en un castillo y a cuya vocación dominica también se opusieron suspadres: Santo Tomás de Aquino.Eramuy tímido por lo quesus compañeros lo llamaban «buey mudo» . Su profesor, Alberto Magno,que conocía su buen corazóny su capacidad intelectual,lo defendía afirmando que «un díaese buey mudo mugiría tan alto, que sería oído en toda la tierra». Y así fue. Cerca de la Catedral, enlaIglesia románicade San Andrés se puede visitar la tumba de San Alberto Magno en un sarcófago del siglo III a.C. en la Universidad desde 1956 se encuentra una escultura de bronce, obra delreconocido escultor alemán Gerhard Marcks, uno de los fundadores de La Bauhaus, y autor de la escultura de los músicos de Bremen en la ciudad del mismo nombre. En la Universidad de los Andes en Bogotá en 1965 llegóotra escultura exactamente igual que los alumnos llaman cariñosamenteel ‘BOBO’.
León tiene unaimportante tradición científica por lo que bien podría instalarse un ‘BOBO’ en nuestra Universidad, para que los estudiantes de la Facultad de Biológicas y Ambientales puedan rendirle un gran homenaje como el quecada año tiene lugar. Este año 2020 la fiesta se ha tenido que aplazar, pero llegará.
¡Viva San Alberto Magno! ¡viva!