‘El Cuco’, la primera víctima del pico Urriello

Luis Martínez, conocido como El Cuco en las ambientes montañeros, fue el primer muerto ascendiendo la cima de Picos de Europa, hace 95 años

10/09/2023
 Actualizado a 10/09/2023
Luis Martínez, de 26 años, falleció en el Urriello. | BERTO VIEDO
Luis Martínez, de 26 años, falleció en el Urriello. | BERTO VIEDO

Siempre se repite que "la historia la escriben los vencedores" y demasiadas veces se remata con un "y para los vencedores", o los triunfadores y sus sinónimos. Seguramente por ello, aunque desde hace unos años se ha repetido (por suerte) la historia de los primeros montañeros en llegar a la cima del Urriello, el Urriellu o el Naranjo de Bulnes, que cada cual elige su favorito para la misma montaña.

Así el Marqués de Villaviciosa y su compañero El Cainejo se hicieron con un hueco en la historia de esta difícil cumbre de Picos de Europa. Pero poco se sabe de la historia de la primera víctima de esta misma ascensión, que se produjo 24 años después, en septiembre de 1928. Su cadáver, despeñado, apareció hace hoy 95 años (el 9 de septiembre) aunque no se tenían noticias de él desde el día 1, cuando inició la ascensión. No se pudo saber tampoco si había logrado hacer cumbre en el Urriello.

"He pasado mala noche por el frío, pero mirando a las estrellas", escribió antes de morir

El accidentado era Luis Martínez González, un joven ovetense de 26 años conocido en los ambientes de la montaña como El Cuco. Además de montañero era un notable escultor y un maestro tallando  la madera; según se contaba en las explicaciones de una exposición fotográfica realizada el año pasado en Oviedo, su ciudad, en un relato del encargado de la misma: Bertoviedo, quien relataba en su cuenta en twiter, entonces: "Salió de Oviedo a finales de agosto pensando que sería el primer montañero asturiano en escalar la montaña con excepción de don Pedro, el célebre marqués. De esta manera, el 1 de septiembre llegó al refugio de Camburero, donde fue imposible disuadirle de tal locura. Luis emprendió así un camino, sin regreso, hacia el Urriellu. Encontró la muerte en la entrada de la vía Víctor de la cara sur. Su cadáver, despeñado, fue encontrado el día 9 por dos montañeros. Solo llevaba encima una cuerda con la que pretendía medir la altura de la montaña, un hacha de madera tallada, y una nota que decía: "He pasado mala noche a causa del frío, pero mirando las estrellas". 

Una nota que es pura filosofía de la montaña y los montañeros, gente capaz de tantas cosas por disfrutar de una noche mirando a las estrellas; aunque les cueste la vida. 
 

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