El interés de Juan Manuel Roa Rico por el cine tiene su raíz en su propia actividad durante su juventud como actor de teatro clásico y de cine, hasta que finalmente hubo de volcarse en la Medicina, que ejerció en León como urólogo. No obstante, realizar películas, sin grandes medios económicos pero con gran dominio técnico, pasó a convertirse en una manifestación de su gran creatividad e inquietudes artísticas. Las realizadas sobre el Corpus de Laguna de Negrillos cabe clasificarlas de documentales, pero también realizó cortometrajes de ficción en los que actuaban sus familiares y amigos. Su cámara captó algunas de las tradiciones leonesas más importantes, el Voto a la Virgen del Camino, los carros engalanados, las procesiones de la Semana Santa, pero también los castillos de la provincia, las fiestas…
Hijo del que fue alcalde de León, Francisco Roa de la Vega, puede ser considerado uno de los pioneros del cine amateur en León, en unos años en los que gran parte de los materiales había que traerlos de fuera de España. Además de su gran dominio de la cámara, fue un excelente montador de sus propias películas, a las que con frecuencia ponía voz.

Como actor aficionado estuvo con el Teatro Nacional, junto a Luis Escobar. Entre otras películas, actuó en la película ‘Forja de almas’ (1943), sobre la vida del padre Manjón, en la que hizo un excelente papel cómico. Asimismo, en los años sesenta fue concejal de Fiestas, con Martínez Llamazares como alcalde, actividad en la que permaneció seis años. Después, sería diputado provincial, con Antonio del Valle como presidente y después con Emiliano Sánchez-Lombas, en actividades culturales y de promoción de las tradiciones leonesas.