"Un día después de su muerte, Gaudí se le apareció a su amigo Matamala"

Paloma Pía Gasset, sobrina nieta de Ortega, acaba de publicar el libro ‘Gaudí’. El misterio en el que desvela aspectos realmente sorprendentes de la biografía del genial arquitecto, con obras en León y Astorga

31/03/2024
 Actualizado a 31/03/2024
Retrato de Antonio Gaudí, una figura todavía cargada de enigmas. | PABLO AUDOUARD DEGLAIRE
Retrato de Antonio Gaudí, una figura todavía cargada de enigmas. | PABLO AUDOUARD DEGLAIRE

Pocas figuras habrán sido más estudiadas, en los aspectos más insospechados, que el genial arquitecto catalán Antonio Gaudí. Este mismo periódico ha recogido una larga serie de artículos dedicados a él, un creador vinculado a Cataluña... y León, pues dos de las escasas obras realizadas fuera de su tierra están precisamente en Astorga (el Palacio Episcopal) y León (el edificio Botines).   


Y, sin embargo, periódicamente van apareciendo trabajos que aportan datos generalmente tan insospechados como sorprendentes. Y ha vuelto a ocurrir con un libro de reciente aparición: ‘Gaudí. El misterio’, del que es autora Paloma Pía Gasset, escritora, productora de cine y descendiente (sobrina nieta) del filósofo José Ortega y Gasset. 

Paloma Pía Gasset, autora del libro. | L.N.C.
Paloma Pía Gasset, autora del libro. | L.N.C.


Una primera pista de que el libro aporta aspectos desconocidos de la figura del arquitecto es que uno de sus grandes estudiosos, el escritor Javier Sierra, afirmara después de leer el libro de Paloma Pía Gasset que "creía conocer muchas cosas sobre Gaudí, pero todo ese conocimiento se ha quedado muy corto ante las revelaciones contenidas en este libro".

 
Y es la propia autora la que en las presentaciones se atreve a desgranar algunos de los aspectos novedosos de su investigación, que resultan realmente llamativos. 
- Se ha escrito poco o se sabe poco del intento de profanación de su tumba durante la guerra civil.
- Estuvo a punto de morir después de cuarenta días y cuarenta noches de un ayuno inhumano, casi insoportable.
- Ya muerto, en 2022, se le atribuye la milagrosa curación de un niño holandés, Rock Dammer.
- Que tuvo amores que le causaron una profunda frustración.
- Que cuando fue atropellado por el tranvía y estaba tirado en el suelo hasta cuatro taxistas que pasaron y le vieron le denegaron su auxilio.
- Y, seguramente lo más llamativo, un día después de su muerte se le apareció a un amigo, el arquitecto Lorenzo Matamala.


Esta última y llamativa historia de la aparición a Matamala cuenta la autora del nuevo estudio que ya estaba relatada, en un libro de un pariente del arquitecto al que se apareció, su hijo Juan Matamala, en el libro Antonio Gaudí. Mi itinerario con el arquitecto: "Narra cómo su padre estaba muy enfermo y Gaudí le visitaba con mucha frecuencia. Dado su estado no le contaron el accidente de Antonio y al día siguiente él repetía: Qué raro que no me venga a ver Antonio! pero, en un momento dado, la familia escucha cómo exclama: ¡Mira, don Antoni! ¿No quiere entrar? y, después, murmuro: Qué alegría que haya venido, cuánta luz tenía".


Analiza también el libro el ‘recorrido’ en sus creencias religiosas, que evolucionaron de una juventud en la que llamaba ‘borregos’ a los creyentes a la profunda religiosidad que marcó su vida y le llevó a hechos como el reseñado de la ‘salvaje’ huelga de hambre. "Antonio Gaudí rezaba el rosario a diario, iba a misa, se confesaba, tenía su dirección espiritual... y la huelga de hambre que estuvo a punto de costarle la vida, estuvo muy cerca de morir, no tenía otro motivo que imitar a Jesús, como prueba de su amor a Cristo. Quienes le visitaron, tirado en su camastro, con una delgadez extrema, le recordaban al borde de la muerte. Era en su etapa joven y parecía un viejo muy viejo".


Además de aportar datos el libro también desmonta algunas leyendas o mitos sobre Gaudí: "Lo de que era masón u homosexual, una leyenda negra que cayó sobre él, como que tomaba setas para drogarse. Es un invento". 
  
También aborda Pía Gasset el pasaje de su muerte, el 7 de junio de 1926, atropellado por el tranvía cuando se dirigía hacia la Iglesia de San Felipe Neri. "En aquella época su aspecto era descuidado, con ropas viejas, que le daban aspecto de mendigo y así debieron creerlo quienes le vieron tirado en el suelo pues no le socorrieron, tampoco hasta cuatro taxistas que pasaron por el lugar. Tuvo que ser un guardia civil o un policía quien detuvo a uno y le ‘obligó’ a trasladarlo al hospital. Yle llevó al más pobre de la ciudad, el Hospital de la Santa Cruz. «Fue curioso, o no tanto, pues se trataba del hospital más pobre pero al que Gaudí había pedido que le trasladaran si le ocurría algo".


Sobre este apartado de su muerte, hace unos años el periodista  Josep Moya-Angeler mantenía que fue empujado al tranvía, que no fue accidente.

Gaudí, el enigma sin fin. 

 

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