‘De tal palo, tal astilla’

La galería Alemi muestra la obra de la saga artística formada por Rodríguez Lobo y su hijo, Javier Rodríguez, dos pintores a los que les gusta llevar al lienzo motivos de su Andalucía natal

Vicente García
14/09/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Cuadro que muestra una visión muy particular de Rodríguez Lobo de la ciudad de Sevilla.
Cuadro que muestra una visión muy particular de Rodríguez Lobo de la ciudad de Sevilla.
Llama la atención nada más entrar en la sala Alemi, de la plaza de San Marcelo, un cuadro que al detalle parece solamente un conjunto de pinceladas repartidas por el lienzo y sin embargo su visión de conjunto nos lleva a las montañas de las sierras centrales de la Península, concretamente a la zona de la Pedriza, lugar de escalada para los montañeros madrileños y tristemente famosa estos días por un trágico suceso.

Junto con un cuadro en el que se muestra una casa asturiana son las dos únicas piezas que no nos transportan al sur de la Península, a la Andalucía de las flores, de los barcos, de Sevilla…

Y es que tanto al padre, Rodríguez Lobo, como al hijo, Javi Rodríguez, les gusta plasmar motivos de su tierra, aunque sean elementos naturales sencillos y poco recurrentes.

Rodríguez Lobo, el padre, de una larga trayectoria con infinidad de exposiciones a lo largo y ancho del país y numerosos premios en su haber, como el Premio BMW de 2011, trae a la sala Alemi, aparte de las obras anteriormente mencionadas,  cuadros de barcos sobre el agua y paisajes perdidos en la marisma plasmando el ambiente imperceptible de los lugares que pinta con una sensibilidad y un saber hacer llenos de magia y de valor. Sus obras tienen un halo misterioso que evoca el pasado andaluz de extraños barcos navegando sobre los lechos fluviales de su tierra.

Es importante mencionar que además presenta portadas de edificios emblemáticos, patios andaluces y sobre todo una obra en la que muestra una visión muy particular de la ciudad de Sevilla, con un primer plano del río Guadalquivir, donde el tiempo se ha detenido mostrando una ciudad antigua y a la vez actual.

Su hijo, Javier Rodríguez, no tiene  una gran trayectoria a sus espaldas debido a su juventud, pero ya ha ganado varios premios por su obra, entre ellos  el Premio jóvenes talentos andaluces Emilio Olleros de Jaén en 2017 y ha realizado algunas exposiciones. Su obra es diferente ya que busca otros motivos más cotidianos y cercanos, incluye personajes en sus obras y se acerca a la abstracción en alguna de sus piezas.

Sus pájaros emanan una delicadeza asombrosa, en especial el que ha sido premiado; sus bodegones, en especial el cuadro con dos berenjenas, es sencillo e impactante y las callejuelas andaluzas por las que apetece pasear nos llevan a una Andalucía en la que muchas veces nos gustaría pasear a los que vivimos en el Norte, resguardándonos del calor en esas estrechas calles llenas de plantas y de flores y con una luminosidad que nos transporta a un mundo de sencillez y tranquilidad.

Una exposición para contemplar y disfrutar detenidamente en la sala de exposiciones Alemi hasta el próximo 27 de septiembre.
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