Cuarentena Cultural (XXI)

Los redactores y colaboradores de La Nueva Crónica ofrecen una serie de propuestas para cultivar el espíritu durante el tiempo que dure el confinamiento / José Antonio Llamas, Joaquín Revuelta y Santiago Revuelta

L.N.C.
01/05/2020
 Actualizado a 01/05/2020
cuarentena-cultural-1632020-20.jpg
cuarentena-cultural-1632020-20.jpg

La recomendación de José Antonio Llamas


Libro: 'En mitad de ninguna parte'
Naturalmente este es el título de un libro de Julio Llamazares aparecido en Ollero y Ramos en 1994 que contiene 8 relatos, uno de los cuales se titula ‘La novela incorrupta’ y hace referencia a este cronista en aquellos años en los que casi no nos conocíamos personalmente y, sin embargo, barruntábamos que había algo en los dos, como un imán, que terminaría por acercarnos. La separación la marcaba la edad y las circunstancias, y la atracción, el lugar de la provincia en el que ambos teníamos raíces profundas que pugnaban por no ser olvidadas.

El relato, como los otros siete, es «una pasada» y bastaría este libro por sí solo para situar a nuestro Julio en lo más alto del podio de los narradores patrios. Pero este cronista, recomienda ahora su lectura, porque, releyéndolo después de tantos años, encuentra que han sucedido cosas que merecen ser conocidas por el lector y acaso por el propio Julio. Y es que El Mudo, principal personaje de la historia, ha mutado; y se ha vuelto a presentar ahora en forma de autoridad y de paisanaje. Como un virus que resucita con nuevos modos y maneras, continúa constituyendo el mayor impedimento para que el autor de la novela: ‘La bisabuela incorrupta’ cuya acción transcurre en Villadicidayo, ayuntamiento de Gradefes, en el curso medio del Astura (Esla) Viejo Padre, pueda tomar la decisión de dar el texto a la imprenta, por el pavor que le paraliza al sentirse amenazado por la incomprensión de la gente de aquel paisaje.Porque, desaparecido El Mudo, son ahora los habitantes quienes reniegan de aquel pasado legendario en el que Villacidayo (Cavitayo en la novela) era Kavite, por el homónimo de Filipinas,  y que se instauró cuando uno de aquellos llamados Soldados de rayadillo, regresó al pueblo derrotado, como volvieron todos aquellos Últimos de Filipinas, y comenzó a contar su historia a los chavales en unos tiempos en los que no había TV ni Radio.Y tal vez sea una pena que la novela quede inédita, y una pérdida irreparable para la historia de los grandes fracasos de literatura mundial, pues, a partir de entonces ha ido creciendo el texto hasta convertirse en un mamotreto de 1.500 páginas, dividido en 15 tomos, y que va desde el Paraíso Terrenal, que estuvo allí, en Villacidayo, hasta «nuestros días» cuando el cuerpo de la Bisabuela incorrupta, aún no ha sido beatificado, y, debido a la reforma del cementerio (ahora las tumbas han sido arrumbadas y tan sólo hay nichos) ya ni se sabe dónde reposa y la cruz de su sepulcro ha venido a caer en manos del desamparo de donde la ha conseguido rescatar un tataranieto que la tiene como una santa reliquia tan solo equiparable al cáliz de Doña Urraca de San Isidoro, ese que dicen las malas lenguas que es el Santo Grial verdadero,  en el que el mismo Cristo mojara sus labios en la Santa Cena, hace ahora más de 2.000 años.Por cierto que, cuando Julio le pidió al cronista permiso para publicar aquel relato, donde cuenta cómo el de Vidanes, camino de Cármenes,  se paraba en su casa de la Matica y se pasaba la tarde merendando mientras engatusaba a su madre con estas y otras mentiras, se percató el cronista de que el nombre de la bisabuela no era Lucila como escribe Julio, pero le dijo que sí, que podía tirar adelante. Y menos mal que de esta forma ha quedado el nombre verdadero sin que le puedan acusar al autor de utilizar a la familia para hacerse famoso y rico a cuenta de aquella pobre infeliz, que además de tener dos hijos de soltera, era una santa.La recomendación de Joaquín RevueltaCine: Todo Hitchcock
El pasado miércoles se cumplían 40 años de la muerte de uno de los cineastas más influyentes de la historia del séptimo arte, Alfred Hitchcock, conocido como el ‘mago del suspense’ y uno de los pocos casos en los que el director es la estrella. Admirado por un sector de la crítica (a raíz del re-descubrimiento por los críticos de Cahiers du Cinéma y más tarde cineastas integrados en el movimiento ‘nouvelle vague’) y venerado por el público gracias no solo a sus películas sino al serial ‘Alfred Hitchcock presenta’, la maestría del director británico se mantiene viva y es un verdadero goce el poder revisionar buena parte de su filmografía americana en el completo ciclo que le dedica la plataforma Filmin. Especialmente recomendables ‘La ventana indiscreta’, ‘Vértigo’, ‘Los pájaros’ y ‘El hombre que sabía demasiado’.


La recomendación de Santiago Revuelta


Libros: Baño de bosque
Antes de dar comienzo a la reseña de dos libros saludables, quiero  dar la bienvenida al mes de mayo con el conocido refrán: «Marzo ventoso, abril lluvioso, sacan a mayo florido y hermoso».

¡Ojalá el mes de mayo nos saque de esta obligada cuarentena!. Nuestra salud, por supuesto, nos va a exigir mucha prevención  desde que empiece a ser una realidad el progresivo des-confinamiento. Ahora bien, no me extraña que en la mayoría de las personas, esté latente la necesidad imperiosa de salir a respirar y a caminar, y que el ejercicio y el deporte al aire libre, sean la clara manifestación de que nuestro cuerpo debe adquirir de nuevo ese tono muscular, bastante anquilosado por tantos días de obligado confinamiento.

El reclamo de la naturaleza es el que considero más necesario y saludable, además de poder ofrecer la mayor garantía y seguridad para evitar las aglomeraciones y el riesgo de volver al indeseable contagio vírico. Es por esta razón que mi doble sugerencia lectora sea la siguiente: ‘Disfruta de un baño de bosque (Cómo despejar tu mente y tus sentidos)’. Su autora es la americana Melanie Choukas-Bradley.

Y en la misma dirección apunta el libro del doctor japonés Quing Li, el mayor experto mundial en medicina forestal,  que lleva por título: ‘El poder del bosque (Cómo encontrar la felicidad y la salud a través de los árboles)’.

Creo que a estas alturas de la pandemia, todos somos bastante conscientes de un efecto secundario positivo, como consecuencia del parón industrial y turístico, y no  es otro que la considerable bajada de la contaminación atmosférica.

Nuestro cielo, además de los ríos, mares y bosques, se han dado un verdadero respiro, que a todos nos va a beneficiar a corto plazo. Lo que venga luego, ya se irá viendo. Mi deseo personal es que respetáramos y cuidáramos más el medio ambiente, algo que todos compartimos y necesitamos. Vaya por delante mi deseo más ferviente: ¡Felices baños de bosque!

Archivado en
Lo más leído