Cuando el Alsa se llamaba Martiniano

La empresa Fernández, popularmente «de Martiniano» es un nombre inevitable en la memoria de León y provincia

09/09/2025
 Actualizado a 09/09/2025
Uno de los históricos autobuses conocidos como "bala de plata", símbolo del transporte urbano y provincial en León durante décadas |L.N.C.
Uno de los históricos autobuses conocidos como "bala de plata", símbolo del transporte urbano y provincial en León durante décadas |L.N.C.

Apareció una "bala de plata" por las calles de León y la ciudad (sus habitantes) enloqueció, era como destapar el tarro de todas las nostalgias pues los autobuses de la empresa Fernández (para los de mediana edad) o los de Martiniano, que ni siquiera necesitaba el apellido (para los algo más mayores) son seguramente el elemento que más recuerdos despierta y a más gente. No solo en la ciudad (donde se hizo con el transporte urbano en 1944) sino en toda la provincia pues aquella empresa que nació en la montaña oriental (comarca natal de su fundador, nacido en Castromudarra) se extendió como la pólvora por toda la provincia y aunque convivió con otras empresas más locales (Reyero, Vivas, Ramos...) las líneas regulares de las "balas de plata" llegaban hasta el último pueblo de la provincia. De hecho las primeras líneas que inauguró Martiniano fueron Portilla de la Reina-León y Acebedo-León.

Hasta sus conductores se convertían en los personajes más conocidos de sus comarcas de trabajo: Casillas en el Bernesga, Tino en el Porma, Nicasio en Riaño... Lo recordaba en una entrevista con La Nueva Crónica uno de los citados, Tino de Cofiñal, quien explicaba: "Nos conocía todo el mundo pues todo el mundo viajaba en aquellos coches de línea. Para mí, en los 70, meter setenta u ochenta personas en cada viaje era muy habitual, con la ayuda del cobrador, que era el que apretaba. Y al margen de conocernos por viajar también hacíamos otros muchos servicios: hacíamos 'recados' de todo tipo, desde ir a la farmacia a traer y llevar paquetes... mil cosas". Doy fe. En los primeros años de la desaparecida La Crónica el sistema de los corresponsales para enviar las crónicas y las fotografías era dárselas al conductor de Fernández y que un redactor fuera a recogerlas a "las cocheras"; ya que la importancia de la empresa era tal que hasta sus cocheras eran una institución.

Imagen AUTOB PLAYA
Uno de los históricos autobuses conocidos como "bala de plata", símbolo del transporte urbano y provincial en León durante décadas | L.N.C

Y detrás de aquel imperio estaba un leonés extrañamente anónimo, del que todo el mundo sabía su nombre pero existen muy pocas imágenes suyas (o ninguna) pese a haber ejercido cargos importantes en el empresariado leonés, como no podía ser de otra manera. Era Martiniano Fernández, nacido en Castromudarra en 1901 (falleció en 1970) y el padre de la empresa con su apellido, Fernández, y ese color plateado como seña de identidad; un color que al reflejar el sol convertía al autobús en "bala de plata", de ahí viene su apodo, que tuvo sentido hasta que en los años 90 la asturiana Alsa la compró y fue ella la que también apostó por su "diseño".

Una de las características más especiales de Martiniano el de Castromudarra fue la innovación y, de alguna manera, la autosuficiencia pues en sus importantes talleres "se fabricaban sus autobuses", que lucían en el frontal su "marca": MAR-FER (evidentemente Martiniano Fernández).

En los ambientes especializados en transporte aún se habla con evidente admiración de "los inventos y experimentos" de Martiniano: los Pegasos articulados que hicieron el trayecto León-Ponferrada o León-Sabero; un autocar tan grande (más de 100 plazas) que al probarlo en la carretera vieron que no podía girar en las curvas... Carrozaba Fernández sus propios autobuses y trabajaba también con Ayats, con carrocería de aluminio y ese color típico de "las balas", rematados con chapas metálicas sujetas con remaches tipo avión. Su presencia social era tan evidente que se citaba con frecuencia el "color de los autobuses de Martiniano" como referente.

Uno de los momentos importantes en el desarrollo de la empresa fue en 1944 cuando Martiniano Fernández se hizo con la concesión del transporte urbano de León. Fue en las semanas previas a San Froilán e hilaba tan fino el empresario de Castromudarra que garantizaba "coches suficientes para la romería de La Virgen del Camino". Y se citaba uno de sus inventos estrella: un autobús de 80 plazas que antes de salir a las carreteras ya se había bautizado como El Largo, con motor alemán de la marca Krupp, de gran morro, su estrella.

La leyenda urbana, parece real, dice que al vender la empresa a Alsa la mayoría de los autobuses fueron vendidos a Cuba y pocos fueron los que quedaron en León; alguno sí que ha sido noticia por participar en diferentes "exposiciones": en la Feria MoviliVa! 2023 de Valladolid, se exhibió el autobús que había participado en la película Besos para todos (año 2000); hace unas semanas el famoso 124 pudo verse en otro acto en Ribadeo... y hace tan solo unas horas una "bala de plata" recorrió las calles de León.

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