Con el prieto picudo por bandera

Cinco días de fiesta para los reencuentros alrededor de una jarra de vino, para bailar en la Era, para los bocadillos de chorizo, para rendir honores a San Lorenzo y para homenajear el brebaje que ha puesto a Valdevimbre en el mapa de los mejores vinos de España. Casi nada. Parecen muchos pero en realidad se pasan rápido por eso el visitante al pueblo estos días debe llegar cargado de energía para disfrutar de las fiestas por todo lo alto y sin perderse nada de lo que tienen organizado, que además de buen yantar hay buena verbena y para aguantar la marcha de los de Valdevimbre hay que estar preparado. Un año más, y ya van 41, esta localidad, a poco más de 20 kilómetros de León, volverá a enarbolar la bandera del prieto picudo que tantas alegrías ha dado al personal y a las bodegas de la zona.

El pistoletazo de salida a la juerga lo dará mañana viernes la jugadora de balonmano Jessica Alonso, quien arengará a sus vecinos a disfrutar de unos días que probablemente muchos guarden en su recuerdo como los mejores de todo el año. Uno de los días fuertes es el sábado. Campeonato de fútbol y fiesta de la espuma, la exposición de cuadros al óleo de Pedro Álvarez Fernández en el Salón Cultural y una exhibición de caballos. Después, a las 20:00 horas, uno de los mejores momentos de la fiesta. ¡Todos a la Era! Allí será el reparto de vino en las típicas jarras de barro y también de los bocadillos al vino como no podía ser de otra manera. Eso sí, sin pasarse tirando de espita, que después de la media noche llegan los integrantes de la orquesta San Francisco para sacudirle bien el polvo a la Era y bailar hasta bien entrada la noche.

El domingo la programación continuará con más vino, más chorizos y más actividades y aquí no acaba la cosa. Lunes, martes y miércoles también son días de fiesta en Valdevimbre. Discoteca móvil cada noche, una cata el lunes, misa, teatro... Todo ello además aderezado con la propia vida del pueblo, en el que las bodegas restaurante son durante todo el año un atractivo turístico y gastronómico para propios y extraños que no duden en acercarse a esta localidad para descubrir la cocina de León y un vino que marca el ritmo económico y las tradiciones del pueblo. Por eso Valdevimbre le debe tanto al vino, y el prieto picudo se lo debe al pueblo que le rescató de los chatos de vino de las tascas más sombrías para colocarlo ahora en