Series de pegatinas (stickers) comenzaron a viajar entre países con una red de intercambio internacional que aún persiste, activistas de todo el mundo intercambiando mensajes y llegando a rincones de otra forma inimaginables.

Tras el seudónimo de Stickerman.es se esconde un artista gráfico leonés, que rompe las barreras de su cotidianidad y el encorsetamiento de sus obligaciones laborales vinculadas al diseño gráfico, para dejarse llevar por una necesidad creadora libre, y con el firme deseo de mejorar las tristes rutinas de sus conciudadanos, con mensajes enviados desde pegatinas cargadas de positividad y esperanza, pero también de crítica social e incluso de humor, un guiño de complicidad desde el anonimato; ya libre de ego, que intentan provocar un sentimiento, como cualquier otra expresión artística.
El soporte adhesivo del ‘Sticker Art’ intenta hacer más bellas las ciudades, más humanas, enviando mensajes a los habitantes de ciudades grises y deshumanizadas, mensajes positivos, guiños, complicidad o humor.