Desde mediados de los 90, más de setenta composiciones suyas han sido grabadas y editadas, lo que da testimonio de su empeño en la faceta compositiva a la que se aplica de una manera muy disciplinada y rigurosa. «Requiere mucho tiempo de calidad». Y así, «si tengo tiempo y ganas de componer», se sumerge en un proceso que vive diferentes fases de carácter muy orgánico y que arranca en muchas ocasiones con el piano o la trompeta y con el balbuceo de unas primeras improvisaciones que pueden abrir el camino hacia horizontes más propicios. «Ese primer sonido lo grabo y lo someto a una valoración para saber si es digno de desarrollar». Modelado ya el tema y puesto en común con los músicos que han de afrontarlo, este, provisto de una serie de elementos fijos, empieza a desarrollar su singularidad gracias al ejercicio de la improvisación, «¿quién soy yo para decir cómo se ha de improvisar?». Precisamente por ello, Kase formaliza los elencos a partir del grado de confianza y de complicidad que sus compañeros le ofrecen. «Confías en sus habilidades y su musicalidad, en su forma de soltarse la melena durante la improvisación». El cuarteto que visita este jueves León disfruta de una vida ya de seis años, lo que le confiere una enorme estabilidad y da solidez a toda su propuesta. «Nos conocemos tanto, a algunos desde hace más de veinte años, que el sonido del grupo se beneficia de ello».

Cuando ejerce su vocación como músico, «quiero transmitir lo que siento, lo que escucho dentro de mí». Y para ello encuentra en el jazz un vehículo de comunicación idóneo, «para mí el jazz es un estilo de expresión absoluta a través de la improvisación», y la trompeta o el fliscorno instrumentos imprescindibles para su cometido creativo. «Elijo uno u otro según el sonido o el estilo de la pieza o atendiendo a lo que estoy buscando».
Kenny Wheeler, Bob Mintzer, Steve Coleman, Chick Corea, Steve Wilson, Al Foster, Grant Stewart, Bruce Barth, Conrad Herwig, Jacob Sacks, Jim Rotondi, Perico Sambeat, Iñaki Salvador, Jorge Pardo, Don Braden… Son algunos de los músicos con los que el músico estadounidense ha tenido ocasión de colaborar. Una lista rutilante que sobresale en su biografía y que, sin duda alguna, le ha enriquecido creativamente. «De todo y de todos se aprende. De lo bueno y de lo menos bueno… Podemos sacar algo interesante y mucha información de cualquier encuentro que tenemos en el ámbito profesional. De vez en cuando, he tenido la suerte de compartir escenario con músicos de tanto talento y eso me hace sentir afortunado. Encajar en un proyecto de un músico de esa talla es una labor realmente importante de la cual se aprende muchísimo y que efectivamente influye en la formación de uno». Se confiesa muy autoexigente, «hay que serlo», y bajo esa premisa se conduce toda su carrera. «También, en el buen sentido de la palabra, hay que exigir a tus compañeros y a tus alumnos y abrirse a que también te exijan».
El se formó en Berklee y luego ha ido sumando etapas para una trayectoria copiosa en datos y referencias y donde también destaca su labor docente. «Espero estar enseñando algo en el aula», bromea. «La responsabilidad es grande, de ahí que refuerce el trato individual. Cada persona es un mundo y siempre hay que tenerlo en cuenta a la hora de dar clase. Trabajar en Musikene, además, duplica mi compromiso hacia mi trabajo y mis alumnos».