Cesáreo Álvarez: "Si pasan días y no pinto, me siento mal"

La exposición de Cesáreo Álvarez, ‘Un año más’, ofrece en el Salón Cultural de Valdevimbre una muestra de la faceta artística del conocido hostelero

Elena F. Gordón / ICAL
10/08/2023
 Actualizado a 10/08/2023
El reconocido hostelero de Valdevimbre, Cesáreo Álvarez en su estudio junto a alguno de sus retratos. | PEIO GARCÍA (ICAL)
El reconocido hostelero de Valdevimbre, Cesáreo Álvarez en su estudio junto a alguno de sus retratos. | PEIO GARCÍA (ICAL)

Conocido y reconocido hostelero, pionero en la apertura de bodegas restaurantes en Valdevimbre (León), la cabeza visible -desde hace más de 40 años- de la Cueva del Túnel, Cesáreo Álvarez, compagina su dedicación más conocida con una profunda vocación artística que se traduce en una prolífica faceta pictórica.


Como muestra, César inaugura el jueves, a las 19 horas, la exposición ‘Un año más’, que puede visitarse en el Salón Cultural de la localidad coincidiendo con la celebración de las Fiestas del Vino 2023 y en horario de 13 a 14 y de 17 a 19 horas, de viernes a domingo. 


Pinta desde hace muchos años y en 2022 decidió organizar una primera exposición «para animar el panorama cultural de Valdevimbre». «Se sorprendieron un poco en el pueblo» reconoce, porque no todos eran conocedores de su obra.
Pinta casi cada día. «Lo hago por pasión, porque me gusta. Si pasan días y no pinto, me siento mal», afirma este licenciado en Filosofía y Letras -especialidad de Historia del Arte- que utiliza principalmente el óleo sobre lienzo o madera para sus cuadros. La muestra de Valdevimbre incluirá una veintena de ellos, creaciones del último año, sobre todo con retratos de la gente de la zona -también algún paisaje- y de su querida India.


César pasa temporadas en el país asiático, que le inspira muchas de sus obras. «Me quedaría el año entero pintando calles o tenderos de Benarés», comenta. «Antaño pintaba de otra manera, en mis viajes pintaba siempre mis habitaciones, espacios donde no había personas. En un momento pensé que tanto ir a India... tenía que empezar a pintar gente», explica y se define como «bastante libre» en el manejo de sus «criaturas».


También ha modificado su forma de pintar. «Antes lo hacía de una forma más de cabeza; reproducía escenas que venía por la calle, sin ayuda fotográfica. Luego empecé a hacerlo de forma más clásica y tradicional», con un proceso que ahora le lleva a plasmar, en la cámara y en su mente, lo que luego traslada al lienzo. «He abierto el objetivo… cuando el objetivo se abre se ve un poco más de fondo, no solo es el individuo», reflexiona el artista.

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