Celia y otras abuelas

'Celia. Las hijas del carbón' es el documental que Montse Blanco creó en homenaje a su abuela, minera en el Bierzo, y este viernes se proyecta en el MSM

Fulgencio Fernández
23/03/2018
 Actualizado a 12/09/2019
Cartel del documental que este viernes a las seis de la tarde se presenta en el MSM de Sabero.
Cartel del documental que este viernes a las seis de la tarde se presenta en el MSM de Sabero.
Celia, carbonera en el Bierzo, «fue una de tantas mujeres que tuvieron que dejarse la piel para sobrevivir en pleno franquismo. Su padre minero fue asesinado  cuando ella tenía 9 años y se lo encontró muerto en una cuneta, esto marcó toda su vida». Recuerda Montse Blanco la historia de esta mujer, una de tantas carboneras, mujeres mineras, pero alguien muy especial para ella pues Celia era su abuela y «una presencia constante en mi memoria, de ahí que me decidiera a realizar este documental en homenaje a ella, con muchos testimonios de quienes la conocieron».

Es un homenaje a  esas mujeres que de ser invisibilizadas parece que se las ha tragado la tierra Este documental, ‘Celia. Las hijas del carbón’, llega esta tarde (a las 18 horas, con entrada libre) a la programación especial que el Museo de la Siderurgia y la Minería de Sabero ha realizado para este mes de marzo dedicado especialmente a las mujeres. Desde el centro señalan que «el documental narra cómo las mujeres se apoyaban mutuamente, en las casas, en los trabajos, cómo de brutal era la violencia de los capataces en la mina y las condiciones muy duras de vida en la montaña, con temperaturas que bajaban a unos cuantos grados bajo cero, la falta de alimentos, de ropas de abrigo. Estas mujeres eran la otra cara de la moneda del modelo de mujer femenina que el nacional-catolicismo impuso, las subversivas mineras rompieron todos los corsés para sobrevivir y alimentar a sus familias».

Montse Blanco explica que este trabajo es un homenaje a Celia pero también va más allá. «Es un homenaje a todas las mujeres mineras, del Bierzo y de otras muchas cuencas, unas trabajadoras  que de tan invisibilizadas como fueron bien parece como si la historia se las hubiese tragado y, sin embargo,  fueron ellas las que tragando el polvo del carbón, hicieron historia, por mucho que se quiera olvidar».

Hay testimonios realmente duros, como el de la vecina que afirma que siente «ganas de llorar» cuando recuerda que le llevaban a un hijo recién nacido a la mina «para que Celia le diera de mamar».
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