Castaño, el último torero de León, se corta la coleta

Javier Castaño acaba de recibir un multitudinario homenaje en Salamanca al anunciar que la presente será su última temporada en activo; se corta la coleta el último torero de León

03/02/2025
 Actualizado a 03/02/2025
Castaño abrió la puerta grande de Madrid de novillero.
Castaño abrió la puerta grande de Madrid de novillero.

Más de 400 personas se reunieron en Salamanca para arropar al torero leonés, taurinamente salmantino, Javier Castaño cuando anunció que la presente es su última temporada en activo pues se retira al final de la misma, con 44 años, 24 de alternativa, después de haber toreado más de 400 corridas y hacerse con un hueco en la historia reciente del toreo a base de mucha lucha, de ser un habitual de las corridas complicadas, de valentía y seriedad, hasta, como se repetía en su homenaje, "ser el cuarto torero de Salamanca (allí le consideran así) con más festejos toreados después de la ‘santísima trinidad’ de aquella tierra: El Viti, El Niño de la Capea y Julio Robles". Y ya es mucho decir siendo Salamanca tierra muy taurina, como demuestra su eslogan como ciudad: "Salamanca: Arte, saber y toros".

Precisamente ese prestigio y afición fue el que llevó al casi niño Javier Castaño a abandonar el Cistierna de sus juegos para irse a a Salamanca de sus sueños pues, como explica él, "sin tradición en casa, ni en Cistierna, yo tenía muy claro que quería ser torero".

Y el mejor camino era la Escuela Taurina de Salamanca (de ahí su condición de salmantino en lo taurino), a la que se apuntó nada más llegar a la capital charra. En 1999 (con 19 años) debuta con picadores un año más tarde en la plaza de las Ventas de Madrid tuvo su primera tarde de gran gloria al abrir la puerta grande, el 23 de abril de 2000. "Vuelta al ruedo en el tercer novillo, dos orejas en el sexto, puerta grande, que atravesó en medio del delirio de la multitud. Bien servido iba Javier Castaño, que emocionó con su entrega y en diversos pasajes de sus faenas puso al público en pie. Así viene un torero a Madrid. No como otros...Si no había arte, y la técnica se quedaba corta, y alguien le pedía que echara la pata l,ante alguna vez, por favor, Javier Castaño respondía con lo que estaba en su mano que era el valor y la vergüenza torera", escribía el gran Joaquín Vidal en El País.

Había nacido la gran esperanza del toreo leonés, en Salamanca. Castaño repetía que "soy de los dos sitios, no veo el problema. Soy leonés, allí nací, y me hice torero en Salamanca". Pura razón, al margen de que no fue generoso León con Castaño y el leonés no era contratado para la feria de San Juan ni en sus mejores años, entre 2011 y 2015. 

Javier Castaño, leonés de nacimiento, que pasó su infancia y adolescencia en Cistierna, se fue a Salamanca para cumplir su sueño de ser torero. | ÁLEX BLANCO
Javier Castaño, leonés de nacimiento, que pasó su infancia y adolescencia en Cistierna, se fue a Salamanca para cumplir su sueño de ser torero. | ÁLEX BLANCO



Se apuntó a muchas corridas de las llamadas complicadas. Fue un habitual frente a los temidos Miura y ante seis de esta ganadería tuvo otra de sus grandes tardes, al encerrarse con seis miuras en la plaza francesa de Nimes. En Francia se valoraba mucho al leonés.   

Fue en 2012 y la espectacular faena al primer toro, al que cortó dos orejas, le allanó el camino para hacer historia pues cortó cinco orejas en la encerrona, un número de trofeos de récord, que nadie había logrado ante la temible ganadería. 
En 2016 anunció su retirada temporal pues sufría un cáncer de testículos, que superó y a los 15 días de recibir el alta médica hizo un emocionante paseíllo en la plaza de toros de Sevilla. Un gesto torero más en una carrera muy seria y en un torero muy respetado, que ahora ha decidido decir adiós mientras se sigue preparando como un joven novillero y una corrida en el horizonte, en Madrid, tal vez el broche perfecto, allí donde abrió la puerta grande.

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