Pocas zancadillas más le podía poner el destino a la boda de Ana Cristina González, preparada para el día 20 de junio. Y, vaya por delante, celebrada el 20 de junio.
Si hay alguien a quien la pandemia ha golpeado con fuerza es a la hostelería, y Ana Cristina regenta un restaurante en Vegacervera, La Cocinona. Lo que acarreó el cierre obligado, el ERTE...
Si a alguien podía hacer daño esa frontera que la ley levanta entre Asturias y León es a ella, pues además de que la comunicación es fluida el novio, Pablo, aunque con raíces en Orzonaga es asturiano y allí, en Gijón, estaba planeada una boda con alrededor de 80 invitados que se quedaron en apenas una decena, los padres y hermanos de las dos familias y también se frustró la idea que tenían para la celebración de la boda: llegar al Ayuntamiento gijonés en camión pues ésa es la profesión del Pablo, el novio. Tampoco tenía sentido.
Pero llegó el día y las fronteras se tuvieron que abrir, la boda se celebró, los contratiempos se olvidaron y el siempre positivo Gelo lo tiene muy claro: ¿Lo importante no era casarse? Pues ya está, casados. Y no sé porqué me da que también va a subir la Cultural, esto se va arreglando».
Casi sin familia, sin camión... pero al fin boda
La boda fue una carrera de obstáculos, la pandemia cerró su restaurante, la normativa dejó a los ochenta invitados en una decena, casarse en Asturias era una frontera, la idea de llegar en camión se hizo inviable... pero Ana Cristina y Pablo ya están casados
21/06/2020
Actualizado a
21/06/2020

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