CARTELERA EN LEÓN | 'Sing street'. Un grupo de frikis con talento para la música

El guión de John Carney no inventa nada en realidad, pero da cabida a un puñado de buenas canciones

Joaquín Revuelta
08/10/2016
 Actualizado a 18/09/2019
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Aunque prefiero sus dos trabajos anteriores, ‘Once’ y ‘Begin again’, reconozco haber disfrutado con la nueva incursión de John Carney en el universo musical que da aliento a su filmografía, una comedia romántica y de iniciación aderezada con un puñado de buenas canciones y una perfecta recreación de los años ochenta, que me siguen pareciendo menos fascinantes que los setenta. El guión de ‘Sing street’ no inventa nada, diría que se sujeta fielmente a la fórmula de ‘chico conoce a chica...’ aliñada con algunos elementos dramáticos de familia desestructurada, educación católica represiva y ni un atisbo de tensión social, salvo la presencia de un matón rubio que le gusta hacer la vida imposible al protagonista de la historia, un chico con talento para la música que se deja guiar por los consejos de su hermano mayor (que se pasa todo el día en casa fumando canutos y escuchando los discos de los grupos que marcaron el sonido de los ochenta) y que decide crear su propia banda de rock integrada por los más frikis del lugar, que demuestran tener igualmente un especial idilio con los instrumentos que les han tocado en suerte. No falta una mirada entre nostálgica e irónica a las películas estadounidenses más emblemáticas de aquellos años, como ‘Regreso al futuro’ o ‘Grease’, o la contribución musical de formaciones como A-ha, The Cure, Depeche Mode, Duran Duran y Joy Division, entre otras. Sin desmerecer, ciertamente me quedo antes no solo con las dos películas mencionadas de John Carney, también autor de las canciones, sino con ‘Amanece en Edimburgo’, una pequeña joya del cine británico que pasó con más pena que gloria por nuestra ciudad.


 
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