CARTELERA EN LEÓN | 'Lolo, el hijo de mi novia'. Buenos intérpretes para un guión francamente mejorable

En el cine Julie Delpy ha sido ante todo la gélida heroína de ‘Blanco’, la segunda entrega de la ‘trilogía cromática’ del director polaco Krzystof Kieslowski, y la co-protagonista de otra memorable trilogía de Richard Linklaker sobre las erosiones que el paso del tiempo provoca en las relaciones de pareja. La actriz francesa también se ha colocado hasta en cinco ocasiones detrás de la cámara para realizar desde dramas históricos hasta comedias románticas con tintes de thriller, como es el caso de ‘Lolo’, donde la figura del hijo psicópata con complejo de Edipo termina por robar el protagonismo a la socorrida fórmula de la atracción de los contrarios o lo que es lo mismo a la relación entre una sofisticada parisina que interpreta la propia Delpy y un ‘freak’ informático de provincias que permite a Dany Boon seguir reeditando el personaje que le catapultó a la fama en la mucho más lograda comedia ‘Bienvenidos al Norte’. La elección del reparto, con un más que acertado Vincent Lacoste en el papel del hijo, representa lo más meritorio de una comedia que va de más a menos y que resulta en su segunda mitad un tanto reiterativa en la descripción de las perrerías a las que Lacoste somete a Boon en su objetivo de alejarle de Delpy, como con anterioridad ha hecho con otros pretendientes de su madre. Sin duda, el momento de mayor comicidad de la historia tiene lugar durante la fiesta de presentación de unos diseños de moda con ‘cameo’ a cargo del reconocido modisto Karl Lagerfeld.