Carlos Sempere: "El pico Urriello es como un hijo mío"

El artista alicantino es un enamorado de los Picos de Europa que pinta también campos de flores de vivos colores y está conociendo el paisaje leonés

Vicente García
05/03/2020
 Actualizado a 05/03/2020
Carlos Sempere ante uno de sus cuadros sobre Picos de Europa en la sala Bernesga. | VICENTE GARCÍA
Carlos Sempere ante uno de sus cuadros sobre Picos de Europa en la sala Bernesga. | VICENTE GARCÍA
Cuentan que había un joven pintor alcoyano que vivía tranquilamente en su tierra mediterránea y pintaba paisajes, esos paisajes de luz y mar de aquellas tierras. Un día un amigo suyo le enseñó unas fotografías ¿o fueron postales? de los Picos de Europa, con sus paisajes ariscos y nevados, la niebla subiendo por los valles, la luz y la sombra, una atmósfera tan diferente a la suya que quedó prendado de ella. Se subió a su casa-furgoneta y se fue allí a pintar todo lo que veía, que era maravilloso… Allí se quedó a vivir.

La historia ha continuado y a partir de esas primeras pinturas de paisajes ha venido varias veces a León, concretamente en enero de 2018 en esta misma sala Bernesga presentó su última exposición, que fue comentada por Marcelino Cuevas, de quien guarda un grato recuerdo. Y ahora vuelve con nuevos cuadros de los Picos de Europa y de la primavera en la región leonesa.

Los Picos son el centro de su pintura en todas las exposiciones que presenta y acerca de ello nos comenta: «me centro más en los Picos, pues yo he sido el primero que pinté el Urriello, que es como hijo mío, que me decían que cómo pintaba eso que es caliza y no es comercial y yo he seguido haciendo estos cuadros que me gustan. Entre los Picos y las primaveras de León no puedo dejar de emocionarme con vuestra tierra».

Una tierra que quiere conocer a fondo y para ello ha plantado su caballete bajo las cumbres del macizo de Mampodre y ha sufrido las primeras nevadas de este invierno y lo cuenta así: «lo mío ahora mismo es conocer más vuestra provincia, que no la conocía mucho y estuve octubre, noviembre y diciembre pintando en el pueblecito de Polvoredo, conociendo a fondo bosques, valles y montañas y me pilló una nevada de miedo para poder pintar en esta tierra», recuerda Sempere.

Pinta del natural y con la nieve directamente se enfría los dedos para pintar esos cuadros tan hermosos. Sobre la evolución de sus cuadros de los Picos dice: «comencé enfriándome las manos cerca de Potes, en San Glorio pintando del natural la nieve y ahora debo de hacerlo por notas y apuntes, y tengo sobre trescientos, o con fotos, pues hay sitios a los que no puedes subir con el caballete, hay que hacer unas fotos bien hechas y a partir de ellas trabajar en el estudio». Sus imágenes están tomadas en lugares casi inaccesibles y difíciles de llegar, pero con unas tonalidades excepcionales, en cuanto a las atmósferes que produce la nieve, la niebla y las diferentes texturas del paisaje. Lugares como Ondón, Urriello, San Glorio, Arriondas, Asiego, Camarmeña y tantos otros que ha pateado para buscar los mejores emplazamientos desde donde pintar sobre todo su querido pico Urriello. Y los ríos: el Dobra, el Cares, Sella… llenos de esa belleza a veces salvaje y otras plácida y sosegada.

Otro caso son las primaveras cargadas de flores, desde rojas amapolas a campos de flores de tonos violeta, que presenta como contrapunto al frío de los paisajes de nieve.
Tanto las montañas de los Picos, como las primaveras leonesas le siguen acercando a esta nuestra tierra y tal vez algún día abandone, por prescripción médica, la humedad de las tierras asturianas para venirse a vivir y pintar en la provincia leonesa, mucho más saludable para sus dolencias.

Su pintura es óleo que domina pefectamente con pinceladas bien marcadas y de colores fuertes si lo requiere el motivo, como esos campos en primavera, o suaves para la niebla o las nieves. Pinta el Sella en Arriondas porque en el Sella hay paisajes maravillosos como él mismo dice: «el Sella tiene rincones idílicos, rincones que se te cae la baba, rincones que te enamoran con unos colores distintos, grises. Y aunque no tenga montañas, no le hace falta. Pero no tiene la luz que tenemos aquí. La luz de las amapolas y de las primaveras es la luz de aquí, en otro sitio no está. Y no quita que un día pinte una catedral grande con una nevisca», remata.

La exposición de Carlos Sempere estará en la galería de arte Bernesga de la calle Santa Clara de León hasta el próximo 21 de marzo. Si desean ver hermosos paisajes hay que aprovechar la oportunidad.
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