El pecho por delante, muleta en la izquierda y recto como una vela. Un torero entregado al noble arte del toreo con pureza. Es, cómo no, Borja Jiménez, que descuelga el teléfono tras un entreno matutino horas antes de hacer el paseíllo junto a Morante de la Puebla y Jarocho en Navalcarnero. Amable, cercano, sincero y torero. Ya decía Juan Belmonte que "se torea como se es". Pues eso.
Torero revelación en las últimas dos temporadas, se ha ganado por derecho propio a que uno se le pueda referir como “figura”. Sus incontestables triunfos en todas las plazas de primera así lo acreditan. Madrid, Sevilla, Bilbao o Pamplona, por citar algunas, ya han visto a Borja Jiménez enroscarse los toros como pocos hacen mientras los lleva largos, sometidos y templados. Valencia de Don Juan descubrirá mañana a uno que viene con la hierba en la boca, que ve faena en cualquier burel y que no sabe torear con artimañas. Sus cartas son las que son; no hay más.
El de Espartinas (Sevilla) se sincera en La Nueva Crónica antes de trenzar el paseíllo en Coyanza sobre su temporada, su(s) concepto(s), Morante, su idilio con Victorino Martín y lo que le espera este domingo con Castella, Tomás Rufo y el encierro de Núñez del Cuvillo y Montalvo.
– Enhorabuena por la temporada que está haciendo. Viene prácticamente de triunfo en triunfo y supongo que con grandes sensaciones.
– Está siendo una temporada muy buena, he podido triunfar en las grandes plazas y después de todo lo que he ido consiguiendo estoy muy contento. Sobre todo es la manera en la que lo hago, pudiendo torear, disfruto mucho en la cara del toro y el público está siempre muy metido en mis faenas, que eso también es muy importante.
– ¿Es su mejor temporada hasta el momento?
– Es muy parecida a la pasada, el año pasado toreé 42 y este año unas 54, y es verdad que mirando sitios como Madrid, Sevilla o Bilbao en eso he vuelto repetir triunfos. En el resto de ferias también, es muy parecido y al final todo lo que hicimos en 2024 lo estamos reafirmando ahora.
– ¿Se queda con el indulto en Bilbao o con la faena al Victorino en Madrid?
– Es difícil quedarse con una (risas), son faenas completamente distintas y con las embestidas también muy diferentes. Lo de Victorino fue muy particular, además que poder cortar dos orejas a uno de esos en Madrid es algo casi imposible y lo he podido lograr. Lo de Bilbao es algo histórico que no había pasado nunca en la historia de la plaza y poder indultar a uno de La Quinta de ese encaste Santa Coloma y esa embestida tan complicada... las dos son muy importantes.
– En esas dos faenas, y en otras muchas, se ven conceptos diferentes en usted. ¿A qué se debe abrir más o menos el compás?
– No me gusta tener un concepto determinado, lo que yo busco es tener un concepto muy amplio del toreo, adaptarme a cada toro y embestida, torear más abierto o cerrado, con el cuerpo más forzado o más relajado, la altura de la muleta… Todo va según la embestida y por eso cambio muchas veces mi manera de torear, siempre lo intento y esa es mi personalidad, que es lo que llama mucho la atención de mi toreo, que nunca vas a ver dos faenas iguales y depende del toro hago una faena u otra.
– ¿Qué espera de mañana?
– Pues Cuvillo y Montalvo son dos ganaderías de figuras y de grandes toros, la verdad, y el cartel es muy bueno. Castella lleva muchos años de figura, que es muy difícil estar ahí tanto tiempo, y Rufo ha salido con una fuerza tremenda y está manteniendo esa posición que se ganó en la plaza, son dos grandes toreros. Torear con ellos es un gusto no solo por compartir cartel, sino por verlos torear, que también me gusta verles.
– Hablando de compañeros… Ha alternado varias veces con Morante este año y no sé si es mejor o peor coincidir con él por el momento en el que está.
– Siempre es un privilegio torear con Morante, he tenido la suerte de verle grandes faenas compartiendo cartel y es que desde el callejón se te escapan los ‘olés’, es inevitable y siempre es un disfrute verlo hacer el paseíllo, cómo anda, la manera de torear… Es un lujo poder torear con él.
– ¿Qué tipo de idilio tiene con Victorino Martín? ¿Qué tiene esa ganadería que hace que los cuaje siempre?
– Hay que entregarse con todo tipo de ganaderías, pero Victorino requiere entrega máxima, una entrega para torearlo, no entregarse por entregarse, ¿sabes? sino para hacer el toreo y cuando ellos sienten esa entrega ellos se entregan. Es una ganadería compleja y complicada, pero cuando uno se entrega con ellos y les hace las cosas como a cada toro de esa ganadería le viene bien te dan embestidas únicas y con una trasmisión muy grande.
– ¿Le está costando entrar en ferias?
– Bueno, todo tiene su contexto y su tiempo, yo realmente llevo dos años en las ferias, este es el segundo y tengo 10 de alternativa, pero en las ferias como tal desde octubre de 2023 y todo el 2024 y en 2025 ya seguro. Lo que pasa es que han sido triunfos tan cercanos unos a otros y tan fuertes en plaza de primera que parece que llevo más tiempo, pero realmente es lo que llevo y todo tiene su tiempo y proceso, voy por el buen camino para llegar donde quiero llegar y ahora tengo una poción en el toreo que es de privilegiados, aunque me quedan muchas cosas por hacer todavía.
– Le vienen ahora Madrid, Sevilla, Salamanca... ¿cómo se afronta un final de temporada así?
– Pues sí, tengo un final fuerte con plazas de mucha importancia como Sevilla, Salamanca, Logroño, Zaragoza… Es una buena oportunidad para seguir demostrando dónde quiero llegar y el sito que puedo ocupar. Son plazas que en todas ellas pude triunfar el año pasado y nos estamos preparando fuerte para que, si Dios quiere, volver a hacerlo este año otra vez.
–Últimamente hay toreros que han toreado muy poco en los últimos años como usted, Fortes o David de Miranda, que habéis vuelto a estar en boca de todos. ¿Se siente parte de algún ‘movimiento revolucionario’ en este sentido? Son savia nueva para la fiesta.
– Totalmente, somos aire fresco y al final el toreo necesita toreros nuevos. Las figuras llevan años manteniendo su posición merecidamente, pero cada vez hay más toreros nuevos que están en posiciones altas del escalafón y es importante tanto para el toreo como para los aficionados el hecho de que salgan cada vez más.