Diez años lleva la banda valenciana Bombai subiéndose a los escenarios ataviada de su estilo hawaiano para transmitir el «buen rollo» a su público. Diez años que hace poco celebraban con la publicación de un nuevo trabajo discográfico y la consecuente gira. Diez años en compañía de una «música positiva» que, sin embargo, no quiere encasillarse.
«Vamos cumpliendo años y nos vemos con la necesidad de contar las cosas de otra manera y, sobre todo, de madurar un poco a nivel de producción, de música y de letras», confiesa el vocalista Javier Fernández, al que acompañan en escena la guitarra eléctrica y el ukelele de Vicente Cervera y la guitarra acústica y el ukelele de Ramón García. Los tres completan la nómina de músicos de un grupo que acaba de sacar a la luz el sencillo ‘Las llamas’. Un grupo que siempre lleva «Valencia por bandera» y que, habiendo pasado por León en más de una ocasión, el próximo 1 de noviembre regresa para participar en el Hallowindie del Palacio de Exposiciones.
– ¿Qué historia hay detrás de este nuevo tema?
– Es una canción que nació a partir de la dana que ocurrió aquí, en Valencia, cuando la gente se volcó ayudando para sacar esto adelante. Surgieron historias de amor y de amistad muy bonitas y, bueno, mezclado eso con las fallas de Valencia, que son muy representativas porque se quema todo lo malo para empezar de cero otra vez, surge esta metáfora en forma de canción para hablar de nuestra tierra y de nuestras raíces. Todo eso se junta con una producción diferente en la que somos un poco más potentes, más guitarreros. Teníamos pendientes hacer una canción así.
– ¿Qué papel juega la música en tragedias como la de la dana?
– La música es un lenguaje universal: es el mensaje que más rápido llega a los corazones y a la cabeza. Todos utilizamos la música para evadirnos de nuestros problemas, para que nuestro día sea mejor o para recordar viejos amigos o viejos amores. La música sirve para todo este tipo de melancolía. En la dana, ha ayudado desde el primer momento a que salgamos todos adelante si tenemos que reestructurar nuestra casa desde cero, pues vamos a poner música en las plataformas para que nuestro día sea mejor. Creo que sin música nadie sabría vivir.
– ¿Se aprecia un cambio respecto al sonido habitual del grupo?
– Cuando la escuchas, dices: «Esto es Bombai». El ukelele siempre está presente, igual que esos sonidos hawaianos por detrás, pero es un poco tirar adelante y cambiar la historia. Como hemos hecho con ‘Festival’, que es una canción más electrónica, en este caso es un poco más pop-rock y tiene unos ‘sintes’ y sonidos un poco más sesenteros, setenteros... Al final, se trata de innovar y de jugar con la música, que es lo que nos gusta.
– ¿Cómo ha ido evolucionando la música de Bombai a lo largo de su década de vida?
– Siempre está muy marcada por el sonido playero porque lo que nos nutre es eso, venimos de ahí: de la playa de Valencia, del mar y del buen rollo de verano y esas cosas. Durante estos diez años hemos seguido con ese buen rollo, con esas plantas, ese color verde y esas camisas hawaianas, pero, como la música es tan amplia y te da tanto rango para hacer cosas, hemos querido innovar un poco con este sonido. Aun así, la raíz de Bombai seguirá siempre igual.
– ¿Qué supone para una banda como esta formar parte del cartel del Hallowindie?
– Para nosotros es un momento increíbles en nuestra carrera porque hace muchísimos años que no estamos en un festival. Este año parece que hemos vuelto al circuito: estamos más activos que nunca y esperamos que el de León sea un fiestón que esté a la altura de lo que se espera la gente. Nosotros intentaremos hacerlo lo mejor posible: llevaremos nuestra fiesta hawaiana, nuestras plantas, nuestro buen rollo y nuestras canciones. La gente no se imagina cómo sonamos en directo; piensan que somos un grupo más tranquilo, más ‘chill out’, pero en directo hay una explosión de energía increíble y el público se vuelve loco desde el primer minuto hasta el último.
– ¿Es muy distinta la preparación de un concierto cuando es para un festival?
– A mí los conciertos de los festivales me dan mucha tranquilidad en el sentido de que la gente ya viene preparada para darlo todo. No es como ir a un concierto en el pueblo a ver qué pasa; la gente ya viene con todo estudiado y con ganas de pasárselo bien con un artista que ya conoce y del que se sabe las canciones. Tenemos muchas ganas de festival porque el público viene a verte, a escucharte, a bailar y a darlo todo.
– ¿Asusta formar parte de un festival con un carácter tan marcado como el Hallowindie?
– Tenemos tan trabajado nuestro ‘show’ que sólo nos centramos en lo que hacemos nosotros sin pensar en los artistas que vayan ni en el prestigio que tenga el festival. Creo que ser natural y ser uno mismo es lo que más le llega a la gente y lo importante no es el festival ni lo grande que sea o la infraestructura que tenga, sino la gente, el público. Y el público es un público natural que viene de su casa, como yo, y que viene a pasárselo bien.
– ¿En qué situación se encuentra actualmente la industria musical?
– Está todo muy marcado por la música urbana, la música latina. Eso es así. Pero también nos estamos dando cuenta de que la nostalgia vende muchísimo y de que hay grupos dentro del pop y el indie que a nosotros nos flipan y están teniendo mucho público: tenemos a Siloé, a Viva Suecia, a Dani Fernández... Tenemos una variedad de gente que está funcionando y no hace música mundialmente conocida. Hoy en día, la música tiene muchísimo abanico y muchísimo público para todos y estamos encantadísimos de eso, porque, no solo se centra en lo que vayan a sacar Rosalía o Bad Bunny, sino también en lo que pueda transmitir un grupo como Bombai, como Nil Moliner o Álvaro de Luna; toda esa gente que sonamos en la radio, pero también tenemos un espíritu indie y un espíritu de concierto.
– ¿Cada vez son más las personas que escuchan indie?
– Cada vez hay más gente que escucha música en direct, que eso es lo bueno. Música de tener una banda y tocar instrumentos porque eso se había perdido un poco con la música urbana, el reggaetón, el dembow y el trap. Se había perdido porque tú ibas a un concierto o a un estadio y solamente había un Dj y un cantante con bailarines. Bueno, parece ser que nunca se perdió, pero sí que nos despistó a todos un poco la música urbana en ciertos años atrás y ahora parece que la gente se ha dado cuenta de que la música se tiene que tocar y que, al final, la música en directo es lo que mueve a las masas. Eso es lo que defendemos.