El ‘aprendiz de vendedor’ que vendió la Torre Eiffel

El personaje real de Víctor Lustig, considerado uno de los mayores estafadores del siglo XX, inspira la obra de teatro de Alfonso Mendiguchía que este jueves se sube al escenario del Auditorio Ciudad de León

09/05/2024
 Actualizado a 09/05/2024
Alfonso Mendiguchía y PatriciaEstremera en la obra ‘Von Lustig. El hombre que vendió la Torre Eiffel’.
Alfonso Mendiguchía y PatriciaEstremera en la obra ‘Von Lustig. El hombre que vendió la Torre Eiffel’.

El laureado montaje ‘Von Lustig. El hombre que vendió la Torre Eiffel’, basado en la obra homónima de Alfonso Mendiguchía (Ediciones Antígona) llega este jueves al Auditorio Ciudad de León de la mano de Los Absurdos Teatro, que protagonizarán a las 20:30 horas una única función con entrada única de 10 euros.  


Bajo la dirección de Natalia Hernández y coreografía de Ricardo Santana, el propio autor, Alfonso Mendiguchía, y Patricia Estremera se suben al escenario para protagonizar esta histotia inspirada en la personaje real de Víctor Lustig, un legendario estafador cuya hazaña más gloriosa fue vender la famosa Torre Eiffel hasta en dos ocasiones, la segunda fallida.


La obra recorre el periplo vital de Lustig en la Europa del periodo de entre guerras, desde su encuentro con Kikí, una astuta meretriz y estafadora, que fue el primer paso hacia un mundo lleno de engaños y fraudes, hasta su reunión con el mafioso Al Capone, o la influencia ejercida por Nicky Arnstein, otro estafador legendario que se convirtió en el primer maestro y mentor de Von Lustig. Bajo su tutela, Lustig perfeccionó su arte y preparó el terreno para su golpe más audaz, que se perpetuó en 1925, aprovechando el desconcierto administrativo del periodo de posguerra, convenciendo a sus víctimas de que el emblemático monumento estaba en venta dado los altos costes que su mantenimiento suponía para las arcas públicas francesas. Este golpe no solo demostró su ingenio y audacia, sino que también aseguró su lugar en la historia como uno de los estafadores más notorios del siglo pasado. 


El último periodo de su vida lo pasó en Estados Unidos, donde se vio inmerso en una red de falsificación de dinero hasta su detención por los agentes federales y condenado a 20 años en la prísión de máxima seguridad de Alcatraz. Moriría tras contraer una neumonía y  en la casilla de ‘ocupación’ del certificado de defunción figuraba ‘aprendiz de vendedor’.

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