Así explica el poeta bañezano Antonio Colinas las sensaciones que le está produciendo el último libro que ha llegado al mercado, ‘Bajo las raíces’, un libro homenaje a los 40 años de la publicación de Sepulcro en Tarquinia, coordinado por el poeta ibicenco Ben Clark, y en el que participan 54 poetas españoles de todas las generaciones. Allí están los Brines, Aganzo, Bagué Quílez, Barnatán, Camacho, Carnicero, Caro, Carvajal, Catalán, Clark, Cobos Wilkins, Cortines, De Cuenca, Cueto, Díaz Santana, Elguero, Escribano, Fernández Berrocal, Gamoneda, García Baena, González-Iglesias, Herranz, Herrero, Iglesias Serna, Janés, Carmen Juan, Jurado, Lanseros, López Andrada, López Carballo, Loreiro, Lostalé, Antonio Lucas, Luque, Llamazares, Maillard, Muñoz Quirós, Onieva, Parcerisas (en catalán), Peña Dacosta, Pérez Alencart, Pérez López, Puerto, Rivero Taravillo, A. Rodríguez, J.M. Rodríguez, Sánchez Zamarreño, Saravia, Seoane (en gallego), Siles, Valverde, Vela, Villagrasa y De Villena; algunos de ellos, como se puede ver, leoneses. De esta selección opina Colinas. "Son gentes de todas las generaciones, desde Brines, Gamoneda o Baena a algunos jóvenes que ni siquiera conocía y que demuestran que se mantiene la pulsión poética en la sociedad, que se ha recuperado el pulso. Es cierto que hubo un par de décadas un poco monocordes pero ya van surgiendo caminos diferentes, se percibe una variedad estética mucho mayor".
Sepulcro en Tarquinia fue fundamental en mi carrera, me dio a conocer en España Reconoce Antonio Colinas que la publicación y repercusión de ‘Sepulcro en Tarquinia’ fue muy importante en su trayectoria. "Me dio a conocer a nivel nacional, sobre todo con la concesión del Premio Nacional de la Crítica que generalmente se le daba a un escritor de edad avanzada y yo tenía entonces 28 años. Fue muy importante pues yo daba mis primeros pasos. Para mí, este libro me devuelve a un tiempo ya lejano, pero todavía muy vivo, el de los cuatro años que viví en Italia, cuando lo escribí; a mis días en Milán y en Bérgamo, alternados con los veranos en mis tierras leonesas. Quiero también recordar que ‘Sepulcro en Tarquinia’ lo dediqué a Vicente Aleixandre, maestro y amigo mío, pero también de otros poetas de aquellos años 60 y 70 que entonces deseamos nacer a una nueva sensibilidad y lenguaje poéticos. Mi libro, creo, es una muestra de ello".
Yremite el poeta bañezano a un artículo del crítico leonés Ernesto Escapa sobre su realidad en aquella época. "Antonio Colinas fue el primer autor leonés en lograr un respaldo literario inequívoco. Hace 40 años obtuvo el premio de la crítica y en 1982 el Nacional de Literatura a su poesía reunida. Sin embargo, los manejos lo dejaron fuera de la antología de Castellet, siendo el mejor poeta de su generación También quedó excluido de las revistas y grupos literarios de la provincia. Seguramente por su condición de leonés periférico, ajeno a los trajines de la capital. Ampliando la perspectiva, se observa un panorama de las letras españolas en el que Colinas siempre se mantuvo a una distancia elegante del rumbo gregario de los líricos. Desde los inicios, su poesía abrigó la vibración más íntima con los ropajes de la cultura".
El libro me devuelve a un tiempo ya lejano pero vivo, a mis días en Milán y La Bañeza Colinas ha repetido que no entiende la vida sin poesía. Yno entiende a la sociedad sin poesía. Insiste en la necesidad de la presencia de este género en la vida diaria pues, entiende, que se trata de un regreso a la normalidad vital. "Que el poeta recite sus propios versos es algo que en buena parte hemos perdido en España mientras en América o en la India, por ejemplo, la poesía tiene una presencia muy viva en la vida diaria. Aquí hemos intelectualizado más la poesía, y es bueno pero recitarla es algo que también es necesario, pues no debemos olvidar que la poesía, y sobre todo en esta tierra nuestra de Castilla y de León, nació en los caminos, la trajeron los juglares, estaba en el aire siempre, a disposición de todos, no debemos perderlo".
Encuentro en La Bañeza
Y con este sentido de que la poesía regrese a las calles, a los pueblos, hoy regresa él a su pueblo, a La Bañeza, donde participa en un encuentro en la Feria del Libro de la localidad, convocado allí (a las 22.30 horas) por diversos colectivos, coordinados por Antonio Odón y con especial presencia del colectivo ‘En boca de mujer’. "Me gusta mucho, por supuesto, regresar a La Bañeza, ver que mi pueblo sigue en la vanguardia de las cultura con actividades como ésta o la presencia del colectivo ‘en boca de mujer’. Y no olvidemos que allí están mis raíces, allí está la infancia, y adolescencia, etapas muy importantes para el escritor, allí está esa zona noroeste de León donde yo nací, o en ese pueblecito zamorano donde pasaba los veranos, en Fuentecalada, en el Valle de Vidriales... Cada vez los mayores recordamos más del pasado que del presente, no es una visión nostálgica sino que en esa infancia descubrimos los símbolos, los cuentos y las leyendas que nos recuerdan nuestros mayores. Todos estos mundos resultan muy importantes para el escritor;y con ellos la presencia de la tierra, lo telúrico, que es otro de los grandes temas de mi obra, y ese diálogo de nuestra tierra con el mundo mediterráneo, los cuatro años que pasé en Italia y los más de veinte en Ibiza, que me marcaron mucho".