Si el profesor Ángel Carracedo no está en su trabajo al frente de la Fundación Pública Galega de Medicina Genómica o participando en algún encuentro científico, búscalo en el mar, su gran pasión. "Es cierto, de hecho muchas veces me preguntan si es verdad que mi pasión frustrada es la de farero y algo hay de verdad, de hecho todos mis hermanos son fareros y a mí me encanta el mar. No estoy seguro si hubiese sido más feliz en un faro pero sí que iba a tener mejor calidad de vida. Pero no reniego de la investigación, ni mucho menos, soy muy feliz en ella, es apasionante, y, sobre todo, confieso mi enorme suerte al poder estar al frente de los equipos con los que he trabajado".
En sus primeras palabras ya aparece su equipo, siempre insiste en ello, como insiste en repetir cuando recibe algún reconocimiento que "siempre pienso que hay gente que merece más mis premios y, en todo caso, que buena parte de los mismos le corresponden a mis equipo".
La genética es una ciencia apasionante, es como ir desvelando un misterio paso a pasoEquipos de referencia, en todo caso, antes en el Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Santiago y ahora al frente de la Fundación Pública Gallega de Medicina Genómica. Y con ellos Carracedo ha recibido tan numerosos como importantes reconocimientos. "Además, me siento muy incómodo en los actos públicos, me acongojan. Pero reconozco que la medalla de Santa Comba, mi pueblo, me hizo muy feliz por mi padre; el Premio Rey Jaime I hizo muy feliz a mi equipo ya que reconoció una trayectoria de excelencia de un grupo, personificada en mí, y la medalla Adelaida, el premio forense más importante del mundo, reconociendo el impacto de un grupo a nivel mundial dentro de este área. En mi grupo tengo algunas estrellas, que estoy seguro de que llegarán a ser referencias mundiales en su campo. A veces los reconocimientos más cercanos y pequeñitos están muy bien, porque ves que lo hacen con cariño y casi me gustan más". De otra medalla no se olvidará, la de la Guardia Civil por la importancia de sus estudios genéticos, y cuando salía de recibirla se dio cuenta de que había dejado las llaves dentro, es un despistado patológico —llegó a ir a un Congreso un años antes—y cuando intentaba entrar por la ventana llegó un guardia que creyó que estaba intentando robar. "Le tuve que enseñar la medalla que me acababan de entregar y por suerte me creyó".
Cuando recibo un premio siempre pienso que hay gente que lo merece mucho másHa elegido los reconocimientos a sus equipos y también los que tienen vinculación con su tierra y su familia, sus otras pasiones. De hecho hablaba antes del orgullo de su padre y a otro familiar le debe su dedicación a la medicina. "Mi bisabuelo fue un antilambrosiano y un libro suyo me marcó. Tuve un abuelo médico y, además, sabía que estudiar medicina haría muy felices a mis padres, que se conocieron gracias a esta profesión". Y se explica: "Mi abuelo materno, que era médico de familia, fue a ejercer a Santa Comba, y los únicos que le pudieron alquilar un local fueron mis abuelos paternos, tan humildes como emprendedores. Y esa es la historia de cómo se conocieron mis padres".
Ángel Carracedo, gran lector, sorprendió a todos con o ameno columnista durante un tiempo en La Voz de Galicia, acercando a los lectores el mundo de la ciencia y los científicos, sus viajes, sus opiniones. Y en el último de ellos desvelaba porqué se decidió a dedicar una parte de su escaso tiempo libre a ‘el columnismo’: "«Me puse a escribir estos artículos pensando en mi madre, una lectora empedernida, aún a sus casi noventa años, y recordando las historias y libros que leímos juntos cuando yo era pequeño, porque teníamos la fortuna de que aunque nuestra biblioteca de casa no era muy numerosa, era sin duda la mejor de todo Santa Comba. Para mi madre fueron escritos".
Cometimos el error de no patentar inventos, me parecía comercio, jamás pensé en hacerme rico Y de este personaje sencillo nació una gran investigador, aquel estudiante de Medicina que siempre recordaba que "cuando estudiaba en mi pueblo, Santa Comba, teníamos un libro de biología de Salustio Alvarado, y la parte de genética me costó tanto entenderla que, cuando lo conseguí, me fascinó el misterio que encerraba. La genética es apasionante, es como ir desvelando un misterio". Y mantiene esa misma pasión y esa determinación, desvelar los misterios que encierra aquello que investiga. Así convirtió —"con mi equipo", insiste—que el Instituto de Medicina y Forense se convirtiera en una referencia ineludible, que recibe peticiones de todo el mundo, lo que le llevó a participar en alguno de los llamados casos mediáticos, como el caso de las niñas de Alcàsser, los atentados del 11 M o el tsunami del sudeste asiático. "En general, al ser procesos mediáticos los vivo con algo de angustia ‘mediática’, porque no me gusta nada la presión en relación con el trabajo pericial. De hecho, uno de los primeros casos que tuvimos fue el caso Alcàsser… Yo personalmente sufro con este tipo de situaciones y además, me parece que puede perjudicar la independencia pericial». Otra cosa diferente es el aspecto científico. «En el 11 M nuestro trabajo consistió en averiguar el origen geográfico de las muestras que nos enviaban. Fue muy interesante pues fue la primera vez que se hacía algo así, a nivel mundial. Para ello utilizamos unos marcadores genéticos que habíamos desarrollado nosotros".
La medicina personalizada es el futuro; es más dirigida y eficaz, con menos efectos secundarios La Fundación Rey Latorre escribe en el perfil científico de Carracedo que "es el investigador español con más proyección internacional" y lo define como "el Da Vinci de la genética", algo que pone nervioso al de Santa Comba cuando se lo recuerdan. En la actualidad trabaja en aspectos relacionados con la genómica del cáncer y la medicina personalizad, que es de lo que habla hoy en Valencia de Don Juan. "La medicina personalizada es el futuro y el camino por el que se está apostando. Se trata de una medicina más dirigida, mucho más eficaz, con menos efectos secundarios y seguramente más cara".
Las aportaciones a la medicina de los equipos que dirige Carracedo —"que son como la ONU, con gentes de todas las nacionalidades"—son numerosas, como un proyecto internacional que permitió identificar más de un centenar de genes relacionados con el autismo y multiplicó las posibilidades de diagnóstico. Lo que sí reconoce es un error, no haber patentado muchos inventos. "Lo de las patentes me parecía como pecaminoso, como comercializar, y yo jamás quise hacerme rico, pero resulta que puede ser muy positivo para el grupo".
Todo un personaje que este miércoles llega a Valencia de Don Juan (18 horas en la Casa de Cultura), al que en Galicia siempre le preguntan: "«¿Para cuándo el Nobel?»" y se pone rojo como un niño, como se pondrá el jueves cuando reciba el título de Huesped Ilustre de Salamanca.
Ángel Carracedo: "Los casos ‘mediáticos’ me producen angustia"
"El Da Vinci de la genética" decía el perfil de una revista científica al hablar del gran investigador de Santa Comba, una persona cercana, humilde y hasta vergonzosa ante los halagos que este miércoles visita Valencia de Don Juan
18/05/2016
Actualizado a
18/09/2019

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