Andrés Trapiello: "Se acabaron las disculpas"

Ya está a la venta la traducción que el leonés hizo de ‘El Quijote’ y en la que trabajó 14 años

Fulgencio Fernández
04/06/2015
 Actualizado a 13/09/2019
El escritor leonés Andrés Trapiello acaba de publicar una traducción actual de 'El Quijote'. | IGNACIO GIL
El escritor leonés Andrés Trapiello acaba de publicar una traducción actual de 'El Quijote'. | IGNACIO GIL
Catorce años ha pasado el escritor leonés Andrés Trapiello traduciendo ‘El Quijote’ de Cervantes a un castellano actual. Cuatro horas diarias, sin fallar ninguno "pues soy un escritor muy metódico". Sabe el viejo Quijote casi de memoria, ha leído todas las versiones, ha sido capaz de pasarse una tarde dándole vueltas a un solo párrafo, a cuatro líneas. En  ninguna novela suya ha tardado tanto tiempo en escribirla.

– ¿Tanta pasión, tanto tiempo, para qué?
– Para hacer asequible a todo el mundo la gran joya de nuestra literatura. No nos engañemos, casi nadie ha leído El Quijote en España y es lógico, pues hay muy pocos lectores, incluso cultos, muy pocos profesores que puedan leer El Quijote. Te daré una pista, en la última edición comentada, de bolsillo de Francisco Rico, aparecían 5.552 notas para poderlo entender, eso es una verdadera tortura.

– Pero también le van a odiar pues ha acabado de un plumazo con la disculpa más manida para no leerlo, que "no entiendo el castellano antiguo".
Hay muy pocos lectores, incluso cultos, para los que era asequible, la versión de Paco Rico tenía 5.552 notas   – Es cierto, se acabaron las disculpas, pero hemos de reconocer que las disculpas eran reales, que era un libro demasiado alejado del gran público.

– ¿Pasa algo similar en Inglaterra con su grande, Shakespeare.
– Los ingleses con Shakespeare —o los franceses con Rabelais—deberían tener muchos más problemas que nosotros con El Quijote pues sus lenguas se han alejado mucho más en estos siglos que nuestro castellano del castellano de Cervantes;y, sin embargo, no los han tenido porque  ellos han solucionado este problema antes. Te pongo un ejemplo muy curioso, cuando yo no encontraba el sentido exacto de una expresión, cuando veía que en las notas de diversas ediciones no se ponían de acuerdo, acudía a ediciones extranjeras, en inglés por ejemplo, pues ellos no habían traducido El Quijote al inglés antiguo, del siglo XVII sino al actual.

– ¿Yesta traducción sigue siendo ‘El Quijote’ de Miguel de Cervantes?
– No. Esa es otra historia. Los pobres extranjeros están leyendo unas cosas... pues les cuentan El Quijote pero ha perdido toda la gracia, creo que eso se debe a que no se habían hecho traducciones que se lo acercaran en un estado más puro, por decirlo de alguna manera.

– Siempre se ha dicho que ‘El Quijote’ original tenía muchos errores ¿Los mantiene o los corrige?
Algunos errores no los quise corregir para que se vea que ‘Cervantes escribe mal muy bien o escribe muy bien mal’– Depende, unos sí y otros no. Me explico. Hay errores con los que los críticos se ceban siempre, pero en Cervantes en todo el mundo, cuando utilizas expresiones del tipo ‘subió arriba a’ o ‘cogió con las dos manos’, y se preguntan solemnes si tenía cuatro manos. Yo esas cosas no las he corregido porque le dan sabor a la novela y dejan muy claro algo que es una evidencia, que «Cervantes escribe muy bien mal» o que «Cervantes escribe mal muy bien», como prefieras. Es el viejo debate de escribir como se habla o escribir como se escribe, que es menos debate cuando un escritor habla muy bien, que no es mi caso.

– ¿Se convierte El Quijote en su traducción en otra novela; quiero decir, al convertirse en una lectura asequible, llena de pasajes de los que hablaba mucha gente pero no los podía leer, se convierte en una novela más cercana por ejemplo al realismo mágico, con episodios surrealistas como el famoso de los molinos?
– Desde luego el lector va a disfrutar mucho de los delirios de Don Quijote y va a descubrir mundos nuevos, que no imaginaba, como por ejemplo, que cuanto más avanza la novela Don Quijote es cada vez más Sancho y Sancho es cada vez más Quijote. Fue aquello que Unamuno veía de que Don Quijote no es que se cure, es que pierde su locura y, de paso, pierde lo más maravilloso que tenía.  

– ¿Descubrirá el lector muchos mundos ocultos en El Quijote?
– Seguro. Mira, hay en la novela hasta un apunte posmoderno. En el segundo tomo de la novela, que firmado en 1615 cuando ya hacía 10 años  que había visto la luz el primero, aparece una referencia al mismo libro, así como una mofa, también, del Quijote de  Avellaneda, un canalla que quiso plagiar al genio. Hay un momento mágico en la segunda parte, cuando un personaje nuevo, Sansón Carrasco, le lleva la primera parte de El Quijote.

– ¿Qué diferencia hay entre la primera y la segunda parte?
Mi primer Quijote lo compré con 8 años, con las propinas, en la escuela había uno en el que salía Franco al principio – Una fundamental, en la primera es Don Quijote quien comete locuras mientras que en la segunda son todos los demás los que las cometen para demostrar que Quijote está loco. Yésa es su gran victoria, que ha logrado contagiar su locura a todos y todos quieren estar como él. Y el ejemplo es Sancho, que al final es él quien quiere volver a iniciar las aventuras, vestirse de pastor e ir a la Arcadia y Don Quijote ya está muy cansado y le dice "déjalo Sancho".

– ¿Qué tiene Don Quijote para despertar tanto cariño cuando casi nadie lo ha leído?
– Creo que ocurre que Don Quijote está teñido de la bondad de Cervantes, un hombre que tuvo muy mala vida y, sin embargo, fue muy bondadoso, jamás levantó un falso testimonio, jamás atacó a nadie.

– Creo que su pasión por ‘El Quijote’ tiene mérito pues no arrancó muy bien la relación con este libro.
– Ya sé a que te refieres, a que mi primer Quijote, escolar, era uno de la editorial Vives en la que en las primeras páginas aparecía Franco a caballo y en la contra  José Antonio Primo de Rivera. En fin, que el régimen utilizaba esta obra maestra con fines propagandísticos y eso te alejaba de ella. El otro día, en una entrevista, me comentaba Juanjo Millás que a él le había pasado algo parecido pues a él le habían recomendado esta lectura los profesores a los que más manía tenía, los más fachas...

– ¿Ése Quijote con las fotos de Franco y José Antonio fue el primer Quijote que tuvo en sus manos?  
– No, por suerte mi relación con la obra de Cervantes fue mucho más romántica. Mi primer Quijote me lo compré yo mismo, con mis propinas, cuando tenía 8 ó 9 años, con ilustraciones de Gustav Doré, que, por cierto, ahora no me gustan mucho.

– ¿Y leyó ‘El Quijote’ con 8 años?
– No, por supuesto, miré los santos, como cualquier niño.

– ¿Cómo es la traducción que ha hecho?
– He hecho mucho y he querido que sea poco, que siga Cervantes ahí pero con nuestro lenguaje. He suprimido los hipérbatos, muy utilizados entonces, y que hacen la lectura muy cansada. Son un galimatías en el que entiendes las palabras, pero no el sentido (ver textos del recuadro de la siguiente página). También he cambiado algunas palabras que han cambiado de sentido desde hace cuatro siglos a hoy.

– ¿Tiene respuesta a la pregunta de a qué edad hay que leer El Quijote?
– No, porque no hay edad, cada uno debe leerlo cuando le apetezca, sin forzar nada. Lo que sí recomendaría es que a los niños se les hable de Don Quijote, desde siempre, porque es un personaje con el que se puede educar, por esa bondad de la que hablamos antes, y se les puede fascinar con todas esas aventuras que corrió al lado de un escudero fiel, como Sancho. Yverlo en dibujos animados y películas...
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