"Crear es una manera de que salga al exterior lo que llevas dentro, lo que todos llevamos dentro" (Ana Silva. Creadora teatral).
Hoy nos vamos de la música al teatro para encontrarnos con el camino por el que transita nuestra protagonista de hoy,Ana Silva (Astorga)a la que no puedo definir de otra forma que no sea como creadora teatral porque seguramente no hay faceta de las artes escénicas que no haya investigado. No podemos calificarla solo como actriz, porque también ejerce como directora, como creadora de sus propios textos, como escenógrafa; y además toca todos los géneros que tienen que ver con la escena, no en vano se define como “aprendiz de todo y maestra de nada, con bastante tendencia al riesgo. Me gusta tocar todo lo que tenga que ver con el teatro y con la escena: comedia, tragedia, teatro para niños, para adultos, textos clásicos o experimentales, improvisación, danza, tecnologías, música o cualquier cosa nueva que aprender” y así nos lo ha demostrado en los muchos montajes teatrales en los que ha participado durante su etapa profesional, etapa por cierto bastante accidentada dado lo inestable de esta profesión en esta España nuestra y más aún en esta Comunidad, donde lo artístico tiene tan poco predicamento, o más bien tan poco respeto por parte de quienes tendrían que protegerlo sobre todo si tenemos en cuenta la idea que ella misma esgrime “un pueblo sin cultura no tiene identidad con lo que no es un pueblo”. Y las artes escénicas forman parte de esa cultura.
Ana Silva vivió desde muy pequeña el “veneno” del teatro en una Astorga inquieta que muy poco tenía que ver con lo que ahora se vive en la misma, donde la falta de interés y protección por lo escénico, en su más amplia concepción, tiene tan poco predicamento, tan poco que muchos de los profesionales que un día volvieron con ganas de volcar en su tierra lo aprendido, se está quedando en agua de borrajas. Profesionales que un día, en aras de la inevitable realidad formativa, tuvieron que irse un día para encontrar fuera de aquí lo que ninguna ciudad pequeña es capaz de darles a sus jóvenes, ni en este campo ni en ningún otro. Y así Ana Silva, en su camino por conquistar una formación en artes escénicas acude primeramente a Valladolid, donde cursa Arte Dramático y luego a Madridpara completarlo con estudios de cine. Una etapa de catorce años, que le permitió conocer gentes, tendencias, propuestas, investigar, crear, actuar y crecer como profesional y tras los cuales retorna a un sitio pequeño en busca “de ese silencio que no encuentro en la gran ciudad para seguir creando”.
Actualmente vive a caballo entre Requejo de Pradorrey, un pequeño rincón de la Maragatería (donde convive con pocas personas pero muchas culturas, dice)y Valladolid donde tiene la sede el proyecto teatral Emboscad@s Producciones, Sociedad Cooperativa, de la que es socia junto a tres compañeros: un proyecto que el año pasado hizo diez años.
Dice mantener una relación muy compleja con el teatro, casi tanto como la que mantiene con ella misma, que tan pronto es muy buena como fatal, una ardua relación conforme a lo que significa la vida del artista en este país, pero en cualquier caso una relación sana y recíproca de la que dice “yo le ofrezco al arte mi cuerpo y mi voz cuando subo a un escenario y él me deja seguir sacando a la niña que todavía soy y que quiere crear cosas nuevas cada día”. En esas circunstancias alterna proyectos propios con proyectos de otras compañías, fundamentalmente espectáculos de calle y espectáculos infantiles. De estos últimos destaca Titirifauna, un montaje de teatro infantil de la compañía Calamar Teatro, con la que llegó a más de 300 actuaciones que “me permitieron aprender mucho y hacerlo a través de un público tan exigente como son los niños”. En el campo de la dirección destaca el montaje de Éramos tan felices..., un arriesgado proyecto, a partir de la poesía y la música en directo, en torno a elementos ligados a la figura de Leopoldo Panero que escoge como comienzo el momento de su muerte, y que ella misma reconoce como una experiencia muy intensa y arriesgada por la locura que conllevadirigir y actuar al mismo tiempo en un espectáculo de cuya dimensión solo fue consciente cuando se dijo la última palabra sobre el escenario el día del estreno.
Y además teatro de calle, pasacalles, correfuegos, y un sinfín de propuestas artísticas a cada cual más diferentes, en un constante impulso de querer mantener en su vida las ganas de jugar y de comunicarse con los demás. Involucrada en estos momentos en varios proyectos que va alternando, en los que he actúa, dirige o produce, aunque, de momento, ninguno en nuestra provincia, tiene en mente algunos otros que como buena teatrera no quiere desvelarnos para “no gafarlos”. Esperamos que muy pronto sus artes teatrales puedan ser también disfrutadas en nuestro territorio más próximo.
Ana Silva, carne de teatro
No hay campo que no haya investigado ni camino que no haya transitado: actriz, directora, creadora de sus propios textos, escenógrafa y, en palabras suyas, "aprendiz de todo y maestra de nada"
16/10/2018
Actualizado a
18/09/2019

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