El alumnado de la Escuela de Arte de León no da puntada sin hilo

El centro acoge desde este viernes y hasta el próximo 30 de enero una muestra de los trabajos finales de los estudiantes de Arte Textil

13/12/2025
 Actualizado a 13/12/2025
A la izquierda, la obra ‘El salto’ de Casandra Díez. A la derecha, en el fondo de la imagen, la pieza titulada ‘Habitate’ y realizada por Alejandro Ogueta. | SAÚL ARÉN
A la izquierda, la obra ‘El salto’ de Casandra Díez. A la derecha, en el fondo de la imagen, la pieza titulada ‘Habitate’ y realizada por Alejandro Ogueta. | SAÚL ARÉN

Fue en una exposición como la inaugurada ayer en la Sala de Exposiciones de la Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de León donde la estudiante del Ciclo Fomartivo de Grado Superior en Arte Textil, Casandra Díez, descubrió la actividad del centro. Ahora es ella, a punto de finalizar sus estudios, la que expone su trabajo final entre las paredes blanquecinas del espacio.

‘El salto’ es, en sus palabras, «una pieza escultórica que intenta representar una pregunta muy común entre las personas». Es una representación del «estado emocional que cada uno experimentamos cuando tenemos que tomar una decisión que va a alterar nuestra trayectoria vital». La completan siete bastidores que, suspendidos en el aire, van transformándose y aumentando de forma gradual evocando así la sensación de movimiento. «Parte de un análisis de los movimientos esenciales de un saltador; de una persona saltando a la piscina o al vacío», apunta la creadora. La estructura, tejida con diversas técnicas de alto lizo, emulan, en palabras de Díez, «fragmentos emocionales en los que no hay forma de dar marcha atrás», como si no hubiera «suelo donde apoyarse». 

No es la única pieza expuesta en la Escuela de Arte hasta el próximo 30 de enero. ‘Habitate’ de Alejandro Ogueta es protagonista en mitad de la sala colgando colorido del techo con la forma de «una instalación que invita a habitar sitios que normalmente no están destinados a ser habitados». Así explica el joven la creación que es su trabajo final y que parte de la idea de «ocupar los espacios que hay muertos en el mundo». En total, ha dedicado unas ciento cincuenta horas a su elaboración. «Quería invitar a la gente de esta sociedad tan gobernada por la velocidad a parar un poco, refugiarse del mundo exterior y disfrutar de le gente que tenemos cerca». Quizá por eso, bajo el velo rojo, azul y verde de su obra, hay posicionados dos sofás que invitan a la conversación de quienes sobre ellos se sientan. 

Una imagen de la pieza ‘Vida’, elaborada durante los últimos meses por la estudiante Verónica López Juan. SAÚL ARÉN
La pieza ‘Vida’, elaborada durante los últimos meses por la estudiante Verónica López Juan. | SAÚL ARÉN

Al lado de Ogueta, Verónica López Juan presenta ‘Vida’. «Son dos piezas en las que aplico bordado y tinte natural», introduce: «Es una experimentación con el proceso de bordado y los diferentes materiales a partir de una parte que es monócroma y de otra con color». La monocromía le sirve a la creadora para trabajar sobre ideas abstractas como el vacío y el silencio. Mientras, el color le concede la habilidad de alumbrar su propia concepción sobre la flor de la vida. «Aquí planteo el trabajo con patrones, veo un poco cómo funciona la parte de la geometría, la modulación...Cómo el ser humano está en continuo movimiento y también oscilando». 

La geometría se plasma sobre un fondo dorado que evoca al arte sacro. «Refleja más la luz, nos lleva a estados ya más expandidos de finalización y de realización también», apunta la estudiante, también a las puertas de dar por finalizado el grado de Arte Textil: «Todo lleva un formato circular también para habar de la unidad, de conectar con nosotros y con nuestra esencia».

Echando mano de diferentes técnicas y materiales –muchos de ellos naturales–, tanto Casandra como Alejandro y Verónica han trabajado en los últimos meses sobre sus respectivas obras, ‘El salto’, ‘Habitate’ y ‘Vida’. Todas ellas transitan por las preocupaciones de quienes las firman; son el fruto de esas precisas preocupaciones y una respuesta a las preguntas que ellas mismas acontecen. Son, además, una muestra de que los estudiantes de la Escuela de Arte de León no dan puntada sin hilo. En el mejor de los sentidos.

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