Director: Gerard Johnstone
Intérpretes: Allison Williams, Violet McGraw, Ronny Chieng, Brian Jordan
Género: Terror / Thriller
Duración: 102 minutos
L a primera semana del año suele estar vacante de películas interesantes. Estos días son los elegidos por muchas productoras para depositar todos los proyectos potencialmente olvidables que no han querido estrenar a finales de diciembre para no interponerse en el camino al éxito de grandes producciones, como ha sido en este 2022 el caso de ‘Avatar: el sentido del agua’, y así puedan aprovecharse de aquellos desprevenidos que no sepan que hacer un domingo de enero por la tarde. Este año no parecía distinto a los demás, al menos hasta ahora, porque ya la próxima semana la cosa cambia y llegarán a la cartelera española una cantidad ingente de películas, prácticamente dos por semana hasta bien entrado febrero, ya estrenadas y galardonadas internacionalmente, varias en los recientes ‘Globos de Oro’. No obstante, si hay una que destacaba de entre todas las presentes opciones ‘regulares’, no sobre las demás, sino bajo ellas, era ‘M3gan’, que prometía ser una renovada versión de ‘Annabelle’ y un pobre añadido al ya de por sí decadente subgénero de los ‘muñecos diabólicos’. Pero he de decir que me he llevado una grata sorpresa.
Para situarnos, ‘M3gan’ es una cinta de ‘terror’, nótese el entrecomillado, acerca de Cady, una niña que pierde a sus padres en un accidente de coche, quedando a cargo de su tía, Gemma, la cual trabaja diseñando juguetes de alta tecnología y que está ultimando su último invento: una muñeca robótica, capaz de hablar, interactuar y comportarse como la mejor compañía para un niño, denominada como ‘M3gan’. Debido a la inexperiencia maternal de Gemma y a su necesidad de testar su prototipo, esta trata de matar dos pájaros de un tiro usando a su propia sobrina como conejillo de indias, vinculándola con el robot para que se convierta en su mejor amiga. Pero su invención acabará por matar a más que un par de pájaros.
Antes de ver ‘M3gan’ me sentía la ingenua víctima de una broma de internet que todo el mundo sabía menos yo, como si en cualquier momento fueran a aparecer los de ‘Inocente inocente’ para decirme que este año la gala se les había ido de las manos. Cada vez que veía algo sobre ella todo eran halagos y reacciones positivas. ¿Que podía ver la gente en esta nueva versión de ‘Chucky’ con bluetooth?

Sin embargo, la ligereza de su argumento no la priva de tratar temas tan actuales y serios como son la pérdida, los peligros de las nuevas tecnologías para los más jóvenes o el absentismo paternal. Puede que lo haga de una manera muy obvia, especialmente en lo referido a la dependencia de las nuevas tecnologías, la muñeca no deja de ser un IPhone con patas del que la niña no se quiere separar, pero deja claro su mensaje dirigido a los padres: no se puede sustituir la atención y el cariño por un objeto. Una lección que basta un paseo por el Húmedo para comprobar que muchos no han aprendido. No es que los niños sentados en el suelo de los bares, a los que sus padres les dejan jugando con el móvil, corran el riesgo de ser atacados por un robot, pero pueden acabar convirtiéndose en uno.
Por su sencillez, la calidad de sus efectos, lo directo de su mensaje, su buen ritmo y sus puntos de humor, ‘M3gan’ bien podría parecerse más a un clásico del terror de los 80, como lo son ‘Gremlins’, o incluso ‘Pesadilla en Elm Street’ si me apuras, donde el miedo es algo más secundario y lo que prima por encima de todo es el entretenimiento y la diversión. Un concepto de terror que parece haber sido relegado a un segundo plano en favor del terror ‘elevado’ que tanta popularidad ha cosechado a lo largo de los años, gracias a productoras como ‘A24’ o la propia ‘Blumhouse’, productora de esta cinta. No siempre estás dispuesto a que una historia cambie tu forma de ver el mundo, o a que te deje pensando más de lo necesario; de vez en cuando lo que uno busca es disfrutar de un poco de sangre y llevarse un par de sustos, sin remordimientos ni esfuerzo.
‘M3gan’ abraza sus clichés y sinsentidos y se mofa de ellos constantemente, haciendo de esta una película que, si bien está remotamente lejos de ser perfecta, es una experiencia disfrutable y con algo que contar. El tiempo dirá si se acaba convirtiendo en un clásico.